Bartomeu, el directivo que desafió a Laporta

JOSEP MARÍA Bartomeu ocupó en su primer año en la junta del Barcelona el cargo de responsable de las secciones y, en su segundo, únicamente del baloncesto, pero su comparecencia más destacada ahora que ha dejado el club es aquella en la que desafió cara a cara al presidente, Joan Laporta. Bartomeu, por aquel enfrentamiento, fue destituido de sus funciones, incapaz de acatar un mensaje de pacificación de Laporta cuando él exigía un público reconocimiento de los errores cometidos por la junta en la dirección del Palau Blaugrana. El desencuentro del ya ex dirigente azulgrana con el núcleo de poder de la directiva comenzó antes de que lo hiciese la temporada oficial, concretamente cuando Valero Rivera, el que había sido hasta entonces entrenador del balonmano, asumió la función de ejecutivo responsable de las secciones. El nombramiento de Rivera fue una apuesta en firme de Joan Laporta, pese a la oposición de Bartomeu, conocedor del enfrentamiento entre el nuevo director de secciones y el técnico Svetislav Pesic. Bartomeu apostó por Pesic, que había llevado al club a obtener la primera Euroliga de su historia, pero Laporta lo hizo por Valero Rivera e impuso su criterio en la directiva. El cambio de rumbo en el baloncesto conllevó, además de la marcha de Svetislav Pesic, la destitución del hasta entonces secretario técnico de la sección, Antonio Maceiras, cuya cabeza pidió Rivera. A esas alturas, Josep Maria Bartomeu ya estaba integrado en un grupo liderado por Sandro Rosell y en el que también se encontraba Jordi Monés que se sentía perdedor de un pulso con Joan Laporta. La acusación, velada entonces, era la misma que ahora arguyen los mismos protagonistas para justificar sus dimisiones, el presidencialismo de Laporta. Bartomeu estaba con la tesis de los seguidores y formaba parte de ese grupo de directivos discrepantes, a los que Laporta abrió la puerta del club el 10 de septiembre del pasado año durante la presentación en Andorra de Montes como relevo de Pesic. El ya ex directivo puso en evidencia a su presidente en un acto público y el castigo fue el cese de sus funciones, aunque sin perder su puesto en la junta. La marcha de Bartomeu a final de temporada estaba cantada y su alineación con el grupo de Sandro Rosell, demostrada ahora con la dimisión en bloque de sus integrantes.