Hoy se perfilará el resto del podio

Tenemos una duda, seria, muy seria. Saber cuál de las dos etapas pirenaicas es la que tiene marcada Lance Armstrong para intentar conseguir más diferencias en la general. ¿O serán las dos? Ya saben que suele centrarse en unos días claves y en ellos intenta sentenciar la prueba. Durante la primera semana de este Tour ninguna escapada consiguió llegar a la meta hasta que lo hizo el holandés Pieter Weening. Empezar con los Alpes, ver a Lance Armstrong, consolidar su maillot amarillo y cambiar la decoración del Tour ha sido todo uno. La decoración de este año porque en los anteriores hemos visto siempre lo mismo. Al líder y a su equipo le vienen estupendamente estas fugas que cogen muchos minutos y que a ellos no les inquietan. Se tienen que preocupar los que están interesados en la general por equipos o en alguna clasificación. Este viernes, por ejemplo, camino de Montpellier, donde el terreno es ideal para una llegada en grupo, el Davitamon lo va a tener muy complicado para controlar el pelotón. Sin Tom Boonen, el Quick Step ya no tendrá tanto interés y salvo que el Crédit Agrícole (Hushovd) o el Cofidis (O¿Grady) les echen una mano, McEwen puede tener problemas. De esas luchas internas, lógicas por otra parte puesto que todo el mundo busca sus intereses, sacan siempre beneficio el líder y su equipo. La general no va a moverse hasta el sábado y cuando lo haga volverá a ser con muchos minutos de diferencia. Vamos a llegar a los Pirineos con una media general cercana a los 44 kilómetros por hora, con más de dos mil kilómetros, y no parece, por lo que hemos visto, que haya fuerzas para regalar. Da la impresión que hay una cierta ansiedad por ver qué es lo que nos vamos a encontrar en la gran etapa de montaña de este Tour. Los nombres, salvo el de Armstrong, los pondrá la carretera.