La afición se enamoró de Guille y su vuelta es ansiada

El 26 de enero la Deportiva presentaba su segundo y último fichaje de invierno. No suelen salir bien los fichajes en este período, pero como pasó antes con Aiert, las incorporaciones de Gorka Soria y Guille fueron un acierto pleno. El jugador jerezano del Sevilla B llegaba cedido por la entidad hispalense hasta final de temporada. Su primera convocatoria fue precipitada. Siete bajas obligaban a Álvarez Tomé a llevárselo a Lemona. Pero su primer gol se lo marcó unas semanas más tarde al Guijuelo, cuando apresuradamente algunos ya comenzaban a decir que era un fichaje erróneo. Marcó el gol del triunfo en Luanco o fabricó la jugada que acabó con el gol en propia meta de la Real Sociedad B. Pero sin duda su tarde gloriosa fue la del 22 de mayo. Con unas 5.000 personas en El Toralín la Cultural se ponía en el primer tiempo con 0-2 a su favor. Entonces, y tras el descanso, empezó a carburar la máquina blanquiazul. Guille logró los tres goles que sirvieron para remontar el choque, que el equipo se proclamase campeón del grupo II de Segunda División B y dejar definitivamente a la Cultural sin opciones para disputar la fase de ascenso. El jugador salió a hombros de una afición que lo idolatró e incluso tuvo que salir a la ventana de su piso en la Plaza de Lazúrtegui a saludar. Luego, Guille volvió a Sevilla y fue cedido al Xerez CD. En Ponferrada ahora se espera que en cualquier momento vuelva a vestir de blanquiazul.