Los mil de Romario

Romario marcó la madrugada del lunes de penalti el gol número 1.000 de su carrera y el veterano delantero del Vasco da Gama se convirtió en el segundo futbolista de la historia en llegar a esa cifra, después del mítico Pelé. Romario, de 41 años, marcó su ansiado tanto contra el Sport de Recife, en la segunda jornada del Campeonato Brasileño de 2007, y la celebración obligó a interrumpir un partido inolvidable para el ex jugador del Barça y el Valencia en el estadio Sao Januario ante 30.000 espectadores. Romario fue virtualmente arrollado por una marea humana entre la que se encontraban su madre, su esposa y sus hijos. Con lágrimas en los ojos y en medio del estruendo de cohetes, Romario alzó sus brazos al cielo y dio las gracias a la hinchaba del Vasco da Gama que coreaba su nombre tras alcanzar su milenario gol. El artillero brasileño entregó la pelota a su hijo Romarinho, se abrazó con su madre y le dio la camiseta que llevaba con el numero 11. En su lugar se puso la numero 1.000 que le entregó el presidente del club, Eurico Miranda, y dio la vuelta olímpica con todo el público puesto de pie. «Gracias mi Dios», decía llorando Romario, mientras besaba la camisa del Vasco y correspondía al afecto de los aficionados. Romario cerró así con un gran final una carrera de casi tres décadas durante las cuales ha fusilado a porteros de todo el mundo. Campeón en Brasil, España y Holanda, el Baixinho tuvo su apogeo en 1994 cuando fue decisivo para ganar en EE.UU. el Mundial con su selección y la FIFA lo eligió como el mejor jugador del planeta. Al igual que Pelé en 1969, Romario marcó su milésimo gol de penalti. Con una estatura de 1,69 metros y una velocidad física y mental asombrosa, Romario ha sido un azote en el área. Por más que un defensa siguiera todos sus movimientos, al menor descuido la jugada terminaba en gol.