Diario de León

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Aquellos ríos de plata

Mi sueño más deseado sería volver al estado en que se encontraban los ríos leoneses en las décadas de los años 1.940-50, pero comprendo que eso sería un milagro

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Ordoño Llamas Gil - león
León

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Soñar es una expresión de nuestro subconsciente que se manifiesta principalmente durante las horas que dedicamos a descansar durmiendo. Pero estos sueños siempre han sido una mezcolanza de situaciones reales, deseos y miedos que forman historietas estrambóticas a las que algunos individuos de nuestra sociedad aún dan crédito como profecías. Hoy tengo la intención de dedicar este espacio a otra clase de sueños, a esos que sentimos despiertos, y cuyo componente se basa siempre en deseos de un porvenir más acorde con tus principios, sobre todo si se trata de hacerte retornar al terreno de la ilusión, aquella que sentías cuando te iniciaste en la pesca hace 50, 60, quizá más años, aunque para ello haya quien piense que eres un iluso en vez de un ilusionado. Sueñas con un futuro que ya no es el tuyo, puesto que ahora lo podrías comparar con la previsión meteorológica, que alcanzaría como mucho a los próximos cuatro días, pero te hace ilusión pensar que cuando ya no existas alguno de tus sueños habrá podido realizarse, y que aquellas sensaciones de venturosa virginidad que te ofrecían casi todos los ríos en tu juventud volverán a ser disfrutadas por alguno de nuestros descendientes, guardando siempre las distancias que los años y las técnicas vayan imponiendo. Vayamos por partes. Mi sueño más deseado sería volver al estado en que se encontraban los ríos en las décadas de 1.940-50, pero comprendo que eso sería un milagro, por lo que voy a dividir en sueños parciales las consideraciones que creo necesarias para aproximarnos a este pasado. Me gusta soñar que todas las corrientes de agua, así como los lagos, lagunas y embalses, puedan volver a contener y disfrutar de un líquido elemento impoluto y potable, como cuando saciabas tu sed en el río e incluso en las acequias del Páramo sin que tu organismo corriera el peligro de resentirse por ello. ¿Podría lograrse algo parecido cuando los planes de depuración fueran efectivos y completos? Sueño con una recuperación de las especies piscícolas basada en la depuración citada, cuando vuelvan a ser capaces de desovar en fondos de grijo limpios, sin el peligro de ser infectadas por hongos o bacterias que les produzcan epidemias. También con la renovación o remoción de los cauces de ríos controlados, he soñado a veces que podrían recuperarse las poblaciones de los distintos cebos de río que hoy están casi ausentes en los mismos por falta de crecidas importantes, al quedar soldados a los fondos muchos de sus cantos rodados debajo de los cuales se desarrollan. Mis alucinaciones me hacen desear retroceder a aquellos momentos en que todos los embalses que fueron construyéndose en nuestra provincia se iban transformando en monumentales piscifactorías, donde un salmónido llamado trucha reinaba y crecía a su antojo, dando vida a muchos millones de metros cúbicos de agua, sin más peligros que los inherentes a la pesca con caña y a las banderillas que se colocaban en algunas de sus orillas. Solamente uno, el pantano de Riaño, a pesar de embalsar más de seiscientos millones de m3. de agua, nos ha traicionado y no ha hecho honor a los cientos de miles de truchas que habitaban en todos los ríos y arroyos de sus tierras anegadas, que tenían que haber servido de progenitores de las nuevas generaciones de pantaneras en progresión similar a sus embalses antecesores, y que parecen haber desaparecido sin dejar rastro. Sueño con que algún día resucite de su largo letargo (aunque sea por procedimientos de repoblación), para dar honra y loor a los organismos conservadores del ambiente hidrológico y piscícola. Entrevelado, deseo ver también la resucitación del río Esla que, contrariamente a los demás ríos controlados donde la explosión demográfica fue aplastante, a este se le han ido agotando todos los índices, y el único que le ha quedado es el de despoblación total de sus aguas por debajo de la presa de La Remolina. Todo su curso ha sufrido tal colapso de vida, que ya nadie que esté en su sano juicio puede achacárselo solamente a algunos grupos de cormoranes que sirvieron como disculpa. ¿Pudiera ser acaso, que las aguas de este río no contengan el suficiente oxígeno al salir del pantano? Si fuera así, y desde el punto de vista de un soñador, habría métodos para que se oxigenaran mejor en este punto haciéndolas batir con mayor intensidad, o insuflando artificialmente oxígeno o aire a través de tuberías en algunas de sus laderas inundadas, lo que también sería beneficioso para el propio pantano. Podría ser un ejemplo a seguir, si pudiera conseguirse la rehabilitación de este gran río y de su embalse. Entre brumas veo a un río Órbigo recuperado en toda su extensión, especialmente en el tramo comprendido entre Veguellina y Benavente, que nos haga olvidar las escenas de podredumbre de la pesca muerta por envenenamiento arrimada a sus orillas. También las de las zonas altas cuando el hongo las exterminaba por millares. Mis sueños de futuro me hacen ver letreros de cotos de pesca, que te hagan sentir las emociones con las que nosotros acudíamos a estos lugares, sabiendo que estaban profusamente habitados, y que si no conseguíamos una buena pesca era por motivos ajenos a su población, la cual estaba garantizada por la naturaleza y limpieza de sus aguas. Parece un sueño imposible que los tramos que hoy catalogamos como libres puedan volver a ser aquello que antes eran todos los tramos: ríos abiertos a la pesca, donde aún no se habían inventado los acotados, y donde sabías que podías dar suelta a tu afición sin apenas limitaciones, como no fuera la licencia de pesca. Esto será imposible, pero que los citados tramos libres tengan algo, aunque solo sea una limosna de peces que destierre (o desagüe) el ejercicio simplista de dar palos al agua, pues para ese ej ercicio estaría mejor un gimnasio. Me gustaría mucho soñar que no es cierto que se hayan hecho repoblaciones con especies exógenas. Los lucios, black basses, carpas royal, percas sol, cangrejos rojos y señal, y recientemente los alburnos en nuestros ríos, sin contar todavía con luciopercas y siluros que no tardarán en llegar, me hacen ser escéptico, pero quizá se pueda soñar con controlar solamente a los responsables oficiales y furtivos de estos desmanes, para que no vuelvan a introducirse más especies, pues los perjuicios que ocasionan algunas de ellas (otras no) no se pueden compensar nunca con multas a particulares o destituciones de sus cargos oficiales a quienes tienen la obligación de mantener la dignidad de nuestras especies autóctonas, aunque solo sea porque viven a su costa y se han comprometido a conservarlas. Soñar despierto te podría compensar si te hiciera olvidar las decepciones.

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