Diario de León

Los fuertes desembalses, con aguas frías, dificultan la pesca en el Esla

El coto de Quintana de Rueda presenta en estos momentos las mejores condiciones Pescadores bercianos alertan de la escasez de truchas en el coto intensivo del Sil

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P. Vizcay - león
León

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Nunca como en este año el río Esla ha presentado un caudal tan alto y constante durante el verano. Desde que se inició de forma plena la temporada de riegos los desembalses resultan espectaculares. Desde la salida de la presa de Riaño, hasta el azud del canal de Payuelos, por encima de Cistiena este tramo de río de 30 kilómetros, en el que se encuentran los acotados de Valdoré y Las Salas, resulta totalmente impescable, no sólo por el excesivo caudal, sino porque apenas quedan truchas debido a la frialdad de las aguas y la carencia de oxígeno disuelto. A partir de aquí, y reducida de forma sensible el agua que lleva, es posible la pesca y de hecho se estaba pescando algo hasta que comenzaron los fuertes desembalses. La situación actual podría describirse de la siguiente forma: Aguas muy frías, entre ocho y doce grados, corrientes muy fuertes incluso en las tablas y escasa cantidad de oxígeno disuelto en base a que se está desembalsando por las compuertas de fondo para producir electricidad. Las truchas, que cuentan con suficiente alimentación, se pegan al fondo y, salvo raras excepciones, apenas comen en superficie. Aguantar el tirón del agua, que no contiene apenas oxígeno disuelto, durante un tiempo prolongado, es misión imposible incluso para estas bravas pintonas. En los pocos momentos en que se ceban, suben del fondo para volver a bajar velozmente. Ante la dificultad de conseguir buenos resultados los pescadores optan por dirigirse a otras zonas por lo que la presencia de aficionados es mas bien escasa. Incluso en los cotos muy raramente aparecen todos los titulares de los permisos, que se pierden. El coto de Quintana de Rueda es el mas bajo de todos los acotados del Esla. Esta situación resulta muy favorable, ya que las aguas van ganando temperatura y oxigenación, de forma que la trucha encuentra un hábitat menos distorsionado. Pese a todo dista mucho de ser lo que fue en los primeros años, cuando se reservaba para los jubilados. Si es cierto que se advierte una cierta recuperación no tanto en el tamaño de sus truchas como en la cantidad de las mismas. El pasado domingo tuve la oportunidad de pescar en Quintana de Rueda y, pese a las dificultades, quedé gratamente sorprendido de la abundancia de truchas, no tanto del cuidado que debería recibir un coto de estas características. La primera y desagradable sorpresa fue el comprobar que el principal acceso de la margen izquierda, por Villamondrín, se encontraba cortado, al parecer desde el mes de junio, por un tronco. Buscar un nuevo acceso resultó bastante complicado ya que los caminos están en pésimas condiciones para un turismo. Después de un intrincado laberinto pude llegar al puerto, lugar escogido para pescar. Allí vino la segunda sorpresa que fue la cantidad de basura acumulada tanto en las orillas como en el propio río en sus remansos. En las tres o cuatro horas que estuve pescando tan solo me encontré con tres pescadores, dos de ellos por la margen derecha, el otro un ribereño que, gracias a su todo?terreno, había conseguido llegar hasta la orilla. El agente forestal que vigila el coto no apareció en ese tiempo. Con notable dificultad y bastante riesgo pude vadear la tabla situada por encima del puerto. Aquí comenzaron las experiencias agradables y positivas. La corriente superior de la tabla está llena de truchas, si bien de un tamaño pequeño. En realidad si dan la talla de 22 cms., incompresible para un río como el Esla donde en vez de subir se ha bajado en algunos acotados. Siempre a cucharilla y descolgándome por la tabla fui clavando truchas algo mayores hasta conseguir el cupo, cuatro truchas que en la romana dieron 1,9 kilos. Hacia las cinco de la tarde, hora en la que abandoné el río, se cebaban algunas «pintonas» por lo que deduzco que también se pescó a mosca. Luna llena y aguas altas y frías no son las mejores condiciones para pescar por lo que puedo imaginar lo que será este acotado en el mes de septiembre cuando finalicen los desembalses.

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