Diario de León

Pekín se sale con la suya: la política queda al margen El público dejó claro cuáles son sus países amigos y enloqueció con su equipo

Pese a los anuncios de boicot, la ceremonia tuvo una amplia representación internacional

El presidente francés Nicolás Sarkozy durante la ceremonia inaugural

El presidente francés Nicolás Sarkozy durante la ceremonia inaugural

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Ivan Orio - pekín n. a. m. | pekín
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Bush, y sus homólogos francés, Nicolas Sarkozy, y brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, son parte de los jefes de Estado que asistieron a la ceremonia inaugural de los Juegos de Pekín, en la que los Príncipes de Asturias representaron a la Casa Real Española. Pese a los anuncios de posible boicot a la inauguración de Pekín 2008 por parte de diversos líderes internacionales hace meses, la ceremonia de ayer tuvo una de las amplias representaciones políticas internacionales entre jefes de Estado, primeros ministros y casas reales de todo el mundo. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, el de Industria, Miguel Sebastián, el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, el presidente del Comité Olímpico Español (COE), y los alcaldes de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y Barcelona, Jordi Hereu, engrosan la delegación española. Junto al presidente chino Hu Jintao, en el palco de honor del «Nido» se encuentran George W. Bush, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, único jefe de Estado latinoamericano presente, y el francés Nicolas Sarkozy, presidente de turno de la Unión Europea, que el pasado marzo anunció un boicot que no ha cumplido como protesta por la represión de China en el Tíbet. Sin embargo, también ha desencadenado una multitud de protestas, en las que murió una persona, así como manifestaciones en el mundo para denunciar la falta de respeto a los derechos humanos en China y en solidaridad con el pueblo tibetano. Una persona se inmoló ayer frente a la embajada china de Ankara como protesta por la política de Pekín frente a la minoría uigur. La asociación Asamblea General Mudial de los Uigures y otras organizaciones de apoyo a la independencia del Turquestán Oriental se manifestaron en Ankara para protestar frente a la legación diplomática de China. En Katmandú, al menos 1.130 tibetanos fueron detenidos cuando intentaban protestar frente a la oficina de la embajada china. El público que asistió ayer a la ceremonia inaugural de los Juegos de Pekín dejó claro cuáles son los países amigos de China, con ovaciones destacadas sobre el resto, pero reservó energías para regalar al equipo de su país una bienvenida de escándalo. Los 226 centímetros de Yao Ming, abanderado de su país por segunda ocasión consecutiva pero esta vez en su casa, condujeron emocionados a su equipo en torno al estadio, en el que los espectadores no dejaron de agitar banderas, pañuelos, linternas y abanicos ni de gritar «vamos, vamos». Con Grecia en la vanguardia del desfile, en su calidad de país inventor de los Juegos Olímpicos, los 204 países participantes entraron en el estadio siguiendo el orden alfabético mandarín, lo que supuso una novedad respecto a anteriores ediciones. La primera delegación ovacionada fue la Taiwán, pero le siguieron Hong Kong, Pakistán, Iraq, Rusia, Italia, Australia y Corea del Norte, que, en contra de lo previsto en el programa, no desfiló inmediatamente después de Corea del Sur, sino con cuatro equipos por medio. No hubo acuerdo entre sus gobiernos para una presentación conjunta, como sucedió en Sydney y Atenas. A la entrada de Estados Unidos se escucharon algunos silbidos mezclados con aplausos.

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