Diario de León

DEBUT Y DERROTA

Pastor y los jugadores destacan «la reacción» de la segunda parte Hinchas de pega animan a los dos equipos

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José Anselmo Moreno José Anselmo Moreno - pekín pekín
León

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La selección española no pudo levantar su partido ante Croacia en su debut en los Juegos Olímpicos, ya que su despertar colectivo tras el descanso se quedó en «un espejismo» y, sobre todo, en un duro final, pues el 31-29 definitivo supuso nadar contra corriente para ahogarse en la misma orilla. El juego de España ya no sorprende. No hay peor cosa que tener al enemigo dentro de casa y Croacia tiene muchos jugadores que juegan en la liga Asobal. Se saben de memoria los puntos débiles del equipo nacional y conocen de sobra el sistema de Pastor. Eso no sería un problema si enfrente no estuvieran estrellas como Balic, Metlicic o Dzomba. El equipo de Lino Cervar mostró desde el principio el variado juego ofensivo que les llevó recientemente al subcampeonato de Europa. La imaginación se une al poder en el caso de los croatas. Son fuertes, rápidos y defienden como leones, cosa que hoy no empezó haciendo su rival. España no tuvo otra opción durante la primera parte que ir «a remolque». Raúl Entrerríos no encontraba desde el central la vía para penetrar y a España le faltó fluidez y claridad de ideas en ataque. Los laterales no acababan de acertar y al principio Juanín no podía correr sus habituales contraataques. De hecho, hasta el minuto 23 no pudo hacer el leonés una «de las suyas», aunque luego fue el mejor y el máximo goleador. Así, con 9-5 (min. 15), Juan Carlos Pastor pidió tiempo muerto porque la cosa se ponía seria. El monólogo del técnico vallisoletano tuvo un fugaz efecto balsámico. España recortó diferencias y se colocó 10-9 (min. 25). El equipo español ajustó su defensa y el marcador se apretó, pero España nunca llegó a la meta durante toda la primera parte. Con Alilovic sellando la portería, España se atascó aún más en los últimos minutos y el 16-11 al intermedio era fiel reflejo de todo lo acontecido. La selección española se desperezó, al fin, en la reanudación. Parecía que el empujón esta vez era bueno. La defensa se lo tomó en serio, por fin, y el estado del partido cambió, pero fue insuficiente. Los favoritos ganan y Polonia lidera el grupo de España Los favoritos, a excepción de Dinamarca, ganaron y Polonia, próximo rival de España, ya lidera el grupo A. Francia doblegó a Brasil en un partido sin color ni incertidumbre alguna (34-26) y Polonia logró una clara victoria sobre China (33-19). En el grupo B, Islandia doblegó a Rusia en un partido muy igualado (31-33), Alemania derrotó a Corea del Sur (27-23) y Dinamarca y Egipto empataron a 23 goles. El seleccionador español de balonmano, Juan Carlos Pastor, manifestó tras el partido ante Croacia en el debut en los Juegos Olímpicos, que acabó satisfecho por «la reacción de la segunda parte, en la que mejoró el concepto defensivo. Ha sido una lástima perder al final porque hay que resaltar que en la segunda parte hemos defendido bien en muchos momentos», aseguró. «El rival era duro, es un equipo que nos conoce bien y ha tenido mérito lo que hicimos tras el descanso», añadió el técnico de la selección española. El extremo Juan García Lorenzana, «Juanín», manifestó que se sentía «muy mal» ya que a nadie le gusta perder, «pero menos aún como se ha perdido», subrayó. Sin embargo, resaltó que este sólo es «el comienzo del torneo» y que hay que quedarse con la buena segunda mitad. «En el próximo partido intentaremos jugar mejor», precisó el máximo goleador de España en el partido. Por último, el guardameta José Javier Hombrados declaró: «Nosotros hemos marcado el ritmo del encuentro y hemos jugamos muy concentrados en toda la segunda parte, así que hay que intentar quedarse con eso». Es difícil encontrar gente en las tribunas de cualquier recinto deportivo que anime a los dos equipos, pero todo puede pasar si esos hinchas son «de pega», como los que había ayer en el Gimnasio Nacional Olímpico de Pekín durante la primera jornada de balonmano masculino. El entusiasmo y las ganas de agradar de los chinos no conoce límites. En los Juegos Olímpicos de Pekín está todo previsto. Si hay un partido con previsión de poco público no hay problema, se coloca a un centenar de «aficionados» chinos repartidos entre ambos fondos y asunto resuelto. Ellos fueron los primeros en llegar al partido España-Croacia y eso que, teóricamente, eran los menos interesados. Hora y media antes del encuentro, a las 7.30 de la mañana en Pekín, el pabellón estaba completamente vacío. Prácticamente se podía escuchar la conversación entre el entrenador de la selección española, Juan Carlos Pastor, y su ayudante Alexandru Bulligan e incluso desearles suerte desde la grada opuesta a los banquillos. Todo cambió cuando llegaron los «incondicionales chinos» de ambos equipos, ataviados con unas camisetas amarillas y unos «aplaudidores», esa nueva publicidad de impacto que está presente en los últimos acontecimientos deportivos. Los hinchas «de pega» se entregaron a la causa desde el primer momento. Entre ellos y la treintena de españoles que había en el pabellón dieron colorido al partido, eso sí, con un diferencia: los hinchas «de pega» no acertaba a decir ¡a por ellos!. Lógicamente ni lo intentaban. Sólo miraban como saltaban los españoles bajo el nuevo grito de guerra nacional y se reían. Siempre se ríen. Será difícil igualar la previsión de los chinos en la organización de unos Juegos Olímpicos. Lo de los hinchas «de pega» no es nuevo, pero jamás había estado tan bien organizado. Tal vez, lo próximo será colocar muñecos de plástico que hagan la ola atendiendo al resultado del encuentro. Al tiempo.

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