España se encuentra a la cola de la UE en gastos de protección social

Europa reduce su gasto en protección social y España sigue las mismas pautas, pero desde unos niveles mucho más bajos. Las últimas cifras comparadas ponen de manifiesto que, entre los Quince, España solamente ha conseguido superar a Portugal en gasto en protección social por habitante calculado en paridad de poder de compra (PPC). Esta fórmula de cómputo, que elimina el efecto de las diferencias de precios entre los países, atribuye a España un gasto en protección social por habitante de 3.713 euros en paridad de poder de compra, por encima de los 3.675 de Portugal pero inferior al del resto de los europeos, Grecia e Irlanda entre ellos, y netamente por debajo de los 6.155 euros PPC de promedio. Y en España siguen siendo los empresarios, vía cotizaciones, los que proporcionan fondos equivalentes a más de la mitad de los recursos necesarios para financiar la protección social, frente a unas aportaciones públicas que apenas representan la cuarta parte , mientras los protegidos sufragan el resto. En el conjunto de la UE, la captación de recursos está más equilibrada, y tiene mucho mayor peso la acción pública. Con retraso Recopilar datos comunitarios lleva su tiempo, y la comparación que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística en su estudio sobre «El entorno económico y social» analiza la evolución de los años 1995 a 2000. En este periodo, los gastos en protección social han crecido en la UE a menor ritmo que el Producto Interior Bruto, lo que ha provocado una caída media del 0,3% en la proporción correspondiente del PIB. En España, el descenso ha sido equivalente, para un crecimiento de la actividad mucho más acelerado. En consecuencia, según la última información disponible, el gasto en protección social representaba en 2000 una cifra equivalente al 27,3% del PIB de la Unión Europea, frente al 28,4% de cinco años antes. En España, la proporción había descendido del 21,9% al 20,1%. Los peor parados Cada país opta por repartir el gasto en protección en función de sus necesidades. Envejecimiento de la población y alta tasa de desempleo marcan las prioridades españolas, mientras la familia, sus necesidades de alojamiento y las personas socialmente excluidas salen peor parados. Tanto España, con el 46,3% del total, como la Unión Europea, con el 46,4%, dedican la parte del león del gasto social a prestaciones relacionadas con la vejez y la supervivencia.