Diario de León

TRES NIÑOS Y UN ADULTO

Adiós multitudinario en Jerusalén a las víctimas de Toulouse

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ANA ALBA / Jerusalén
León

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Miles de personas se han congregado esta mañana en el cementerio de Givat Shaul, en Jerusalén, para despedir al rabino Jonathan Sandler, de 30 años, sus dos hijos, Arieh y Gabriel, de 5 y 4 años, y Miriam Monsenego, de 7 años, asesinados el lunes a tiros en una escuela de la ciudad francesa de Toulouse. A las 08.30 de la mañana y ya bajo un fuerte sol, llegaban las primeras personas al cementerio. Cerca de la entrada, se había acotado un pequeño recinto donde se han concentrado los familiares de las víctimas y las autoridades -entre ellas el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, y el titular de Interior israelí, Eli Yishai, del partido ultraortodoxo Shaas- y se ha celebrado la ceremonia.

La seguridad en el recinto, a primera hora, era escasa y la policía y los guardaespaldas no han empezado a aparecer hasta que los primeros políticos, diplomáticos, rabinos y familiares han llegado. Algunos asistentes comentaban que echaban de menos la presencia del primer ministro israelí, Binyiamin Netanyahu, que se ha reunido con Juppé en Jerusalén, pero no ha aparecido en el entierro. “La ausencia de Netanyahu le quita importancia a este acto y eso no está bien”, apuntaba un periodista de la televisión israelí. Entre los asistentes al entierro había muchos israelís de origen francés y judíos franceses venidos especialmente para despedir a las víctimas.

“Mi mujer conoce a Leah, la tía de Jonathan, y yo conocía a su abuelo, que tenía un restaurante kosher (que cumple los preceptos de la religión judía para la alimentación) en el barrio Latino de París”, explica a EL PERIÓDICO Gerard Lévy, nacido en París y residente en Jerusalén desde hace ocho años. A su lado, dos señoras con lágrimas en los ojos recuerdan con horror como “el asesino mató a estas criaturas, es horrible, nos encontramos en estado de shock”. Son Layani y Lisette Amselleur. Viven en Toulouse y hace tan solo hace unas horas que han llegado a Jerusalén. “Conocemos mucho a los Sandler, Jonathan era como parte de mi familia”, afirma Lissette.

Tanto ella como Layani son francesas judías y aseguran que la comunidad judía de Toulouse “nunca ha tenido ningún problema” en la ciudad, donde “la convivencia es perfecta”. La madre, embarazada Los cuerpos de Jonathan, Arieh, Gabriel y Miriam han llegado en cuatro ambulancias de la ZAKA, una organización de judíos ultraortodoxos voluntarios. Iban envueltos en el talit (chal utilizado en los rezos judíos), sin ataúd. A su llegada han estallado los llantos y los gritos de dolor de muchos familiares y amigos. Entre ellos estaba Eva Sandler, esposa de Jonathan y madre de Arieh y Gabriel, que está embarazada. El funeral ha empezado poco después de las 10 de la mañana y no ha acabado hasta las 13.00 horas.

En el acto han intervenido autoridades, representantes religiosos y familiares de las víctimas. “Vuestro dolor es nuestro también, toda Francia está en shock”, ha afirmado Juppé en la ceremonia. “Este ha sido un ataque contra toda Francia, los franceses no van a tolerar el antisemitismo y ningún ataque contra los judíos”. “Pueden confiar en que Francia está haciendo todo lo posible y hará todo lo posible para que haya seguridad en las escuelas y sinagogas, para que un acto criminal como este no vuelva a ocurrir nunca más”, ha asegurado Juppé. Seguridad en Francia “Nuestros corazones están con los judíos de Francia (¿) que han recibido este golpe doloroso y duro.

El dolor es inimaginable, Dios nos está poniendo a prueba”, ha dicho el ministro del Interior israelí y ha pedido al Gobierno francés que haga todo lo que esté en sus manos para garantizar la seguridad de los judíos franceses. Los familiares de las víctimas, algunos con la voz rota por la emoción o entre sollozos, han recordado a sus seres queridos. “Miriam, te pido un último favor desde donde te encuentras hoy: reza por papá y mamá para que Dios les dé fuerzas para superar este examen tan duro”, ha dicho con un hilo de voz y sin poder contener el llanto Avishai Monsenego, hermano de la niña asesinada en el atentado. La emoción, la tensión y un sol intenso han provocado diversos desmayos y al menos 20 personas han tenido que ser atendidas por los servicios de emergencia.

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