Las FARC liberan en buen estado a los diez últimos uniformados secuestrados
Policías y militares pasan las primeras horas con sus familiares tras más de 12 años.
Imagen del momento del reencuentro de algunos de los ex secuestrados con su familia.
Los policías y militares liberados ayer por las FARC llegaron en la madrugada de ayer de Villavicencio a Bogotá en sendos aviones de la policía nacional y de la Fuerza Aérea junto a sus familiares. Los aparatos oficiales aterrizaron en la base militar de Catam, donde fueron recibidos por altos mandos de los cuerpos de seguridad del Estado.
Estos colombianos, los últimos policías y militares que mantenían secuestrados las FARC y que han pasado en cautiverio algunos desde 1998 y otros desde 1999, fueron sometidos a un examen médico para determinar su estado de salud, a pesar de que todos mostraban buen aspecto, dentro de su delgadez.
Los seis policías colombianos que fueron puestos en libertad presentan «buenas condiciones generales y mentales», según el informe médico que divulgó ayer la clínica de la institución en la que están ingresados. El parte clínico es el primero sobre el estado de salud de los seis ex rehenes que emite la Clínica de la policía nacional, en la que fueron internados en la madrugada del martes tras haber sido entregados por los rebeldes en una aldea selvática del sureste del país.
Según el informe, solo uno de los liberados, el sargento mayor César Augusto Lasso, dijo haber padecido paludismo y leishmaniasis, enfermedades comunes en las regiones tropicales. Varios de ellos presentan pérdida de peso, mientras que otros sufren de hipertensión arterial, gastritis, disminución de la agudeza visual y problemas en huesos o extremidades, precisa el informe. El parte indica que para todos ellos se elaboró un plan de atención, examen u observación, en varios casos por salud mental.
Misión incompleta...
Tras una misión que se prolongó durante más de cinco horas, los liberados, fueron recibidos a las puertas del helicóptero por equipos médicos que los abrazaron para caminar junto a ellos sobre la pista del aeropuerto La Vanguardia de Villavicencio, frente a los medios. Los familiares no se acercaron a la aeronave, tal y como habían establecido las autoridades, y permanecieron en una sala especial habilitada en el aeropuerto, donde se fundieron en abrazos con sus seres queridos.
Pero esta misión no ha terminiado. Por su parte, el Gobierno español mostró ayer su «satisfacción» por la liberación de los secuestrados, aunque reclamó al «grupo terrorista» que ponga en libertad de forma «inmediata» a todos los ciudadanos que siguen en cautiverio.
El Gobierno, a través de un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, considera un «avance» que las FARC se hayan comprometido a no llevar a cabo más secuestros en el futuro. Sin embargo, se une a la petición del Ejecutivo colombiano de que la organización armada libere a los cientos de civiles que aún tiene secuestrados en su poder y no se sabe qué les sucederá.