Diario de León

Desembarco de Michelle Obama y Bernie Sanders para frenar a Trump

La ex primera dama y el líder socialista denuncian los atropellos del presidente, «un riesgo»

Michelle Obama, en una videoconferencia de la convención demócrata. DEMOCRATIC NATIONAL CONVENTION H

Michelle Obama, en una videoconferencia de la convención demócrata. DEMOCRATIC NATIONAL CONVENTION H

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Sin advertencias, sin mensajes subliminales, sin defender ninguna agenda. Bernie Sanders, el senador socialista de Vermont cuya revolución progresista ha llevado al Congreso a una nueva generación de políticas como Alexandria Ocasio-Cortez o Rashida Tlaib, fue tajante durante la inauguración de la Convención demócrata a la hora de pedir a sus seguidores que este año se olviden de los remilgos ideológicos y voten por Joe Biden el 3 de noviembre.

«Estas son las elecciones más importantes de la historia moderna de este país», les advirtió. «Lo que está en juego es el futuro de nuestra democracia». Y el de la economía, añadió, y el del planeta. «Tenemos que unirnos para derrotar a Donald Trump y elegir a Joe Biden y Kamala Harris. Amigos, el precio del fracaso es demasiado grande como para imaginárnoslo».

Era la defensa más contundente que haya hecho Sanders de uno de sus rivales. Desde que se lanzó a la aventura electoral para llevar los principios de toda una vida hasta la Casa Blanca, millones de personas se han sumado con pasión a la Revolución Sanders, que él ha rebautizado como ‘Nuestra Revolución’, porque no quiere personalismos.

Tras la derrota de 2016, orquestada por el partido y expuesta por Wikileaks justo antes de la convención de Filadelfia que coronó a Hillary Clinton, el candidato supo transformar esa energía en una ola política que reposicionó al partido unos grados hacia la izquierda. Su campaña terminó, pero las ideas que había plantado sobrevivieron y se hicieron fuertes en una sociedad reacia al cambio «socialista».

El salario mínimo de 5 dólares la hora es ya una realidad en una decena de estados, el objetivo de alcanzar un cien por cien de energía limpia en 15 años es parte del programa de Biden y el clamor por ampliar el programa sanitario de los jubilados al resto de la población ha logrado que el actual candidato se comprometa a bajar la edad de 65 a 60 años.

En lugar de hablar de todo lo que le distancia de Biden y comprometerle públicamente a incorporar sus demandas, Sanders advirtió a sus seguidores de que todo lo logrado en estos cuatro años desaparecerá de un plumazo si Trump gana las elecciones y se perpetúa en el poder.

No es tan difícil. Pese a haber propiciado la muerte de 170.000 estadounidense con el negligente manejo de la pandemia, el presidente gana terreno en las encuestas. La ventaja de Biden, que hace un mes era de dos dígitos, se reducía el lunes a nueve puntos en una encuesta de NBC.

«Este presidente no solo es una amenaza para nuestra democracia, sino que rechaza la ciencia y ha puesto nuestras vidas y nuestra salud en riesgo», le atacó Sanders. «Y si Nerón tocaba el violín mientras Roma ardía, Trump juega al golf», remató.

No hay votos que perder. Lo que está en juego es el futuro mismo, la supervivencia del imperio y la propia democracia. Trump construye con paso firme un sistema autoritario en el que «lo impensable se ha vuelto normal». Golpea a los manifestantes pacíficos, crea cuerpos paramilitares, sabotea el sistema de correos para impedir el voto por correo y «hasta ha sugerido que no dejará el cargo si pierde», recordó Sanders. «Esto no es normal y no podemos tratarlo como si lo fuera».

Sin escrúpulos, Trump y sus abogados estudian todas las lagunas del sistema para violar la esencia moral que lo mantenía como un supuesto faro de la democracia. Como en 2016, puede volver a ganar con menos votos que su contrincante si consigue afinar lugares clave. «En uno de los estados que determinó el resultado, el margen ganador fue de media dos votos por colegio», recordó la exprimera dama Michelle Obama. «Dos votos», insistió incrédula. «Y todos hemos tenido que vivir con las consecuencias». Por eso no es momento ni de protestas silenciosas mediante la abstención ni de «jugar con candidatos que no tienen oportunidad de ganar», como el del Partido Verde o el rapero Kanye West.

Obama fue la estrella que cerró una noche con tufo a publirreportaje televisivo que guió la actriz Eva Longoria. Tras cuatro años de morderse la lengua, la ex primera dama hizo un repaso de lo que ha hecho Trump con el legado de su marido y le declaró no apto para la presidencia. «Es el presidente equivocado para nuestro país».

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