Diario de León

Melania aconseja a Trump que acepte la derrota

Crece el círculo de allegados que sugieren al presidente que reconozca el triunfo de Biden

Trump sale ayer del club donde sigue jugando al golf y donde le pilló la noticia de su derrota. MIKE THEILER

Trump sale ayer del club donde sigue jugando al golf y donde le pilló la noticia de su derrota. MIKE THEILER

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Donald Trump se queda cada vez más solo en su defensa de una victoria electoral. Su esposa, Melania, le ha aconsejado que acepte la derrota llegado este momento en que el escrutinio concede un triunfo sin paliativos a su rival demócrata y todo el país lleva horas festejando la nueva legislatura de Joe Biden.

La situación en torno al presidente saliente tiene tintes de tragedia más que de caricatura. No sólo su pareja le ha recomendado que anuncie a los estadounidenses el fin de su mandato, sino que crece el número de allegados y miembros del círculo íntimo del líder republicano que le han dado la misma opinión. Incluso su yerno, Jared Kushner, uno de sus principales asesores y artífice por ejemplo del éxito diplomático de la Administración Trump con la normalización de relaciones entre Israel, Emiratos Arabes Unidos y Baréin, le ha pedido que conceda las elecciones a Biden.

Hasta ahora, el silencio es absoluto y las reacciones en un mandatario tan impetuoso como el republicano, sorprendentemente escasas. Hace unas horas rompió la tradición electoral americana de ofrecer un discurso dereconocimiento de la derrota antes de que el nuevo mandatario electo haga el suyo propio. Optó por el silencio. Pero lo mismo ha sucedido con su manejo de las redes sociales.

Quieres esperaban una furiosa reacción en Twitter —su canal preferido— se han encontrado solo con unos pocos mensajes donde el inquilino de la Casa Blanca, ya de modo más retórico, sigue diferenciando entre los votos que él considera «legales» y el resto, y se adjudica la victoria «por mucho». La actitud ya ha sido calificada de «decadente» y «patética» por algunos analistas, que opinan que de esta manera se está empañando el valor institucional de la Casa Blanca.

Tampoco ayuda que, en sus primeras declaraciones autocalificándose de vencedor, tres de las principales cadenas de televisión suspendieran la emisión y otras ‘network’ la mantuvieran pero ritulando por debajo sus engaños o «datos sin comprobar».

Semejante varapalo a un hombre acostumbrado a valerse de la televisión —especialmente de la Fox, que también le va dejando atrás— parece haber hecho a sus asesores replantearse que el mandatario vuelva a hacer un discurso a la nación y así se lo han hecho saber, con el tremendo peso político y personal que lo acompaña: un presidente de Estados Unidos abocado a que los medios le cierren los micrófonos por sus engaños. Sólo Ivanka, la hija que ha supuesto su mejor apoyo anímico en estos últimos cuatro días, sigue decididamente a su lado. Eso sí, sin insistir demasiado en sus advertencias a los republicanos que están desertando del barco de que el electorado de derechas les pasará factura por abandonar a un Trump al que la derrota sorprendió jugando al golf.

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