La ONU organiza la mayor reunión de la historia para recaudar fondos

Las Naciones Unidas con-firmaron ayer la organización, el 11 de enero en Ginebra, de una conferencia de países do-nantes en favor de las víctimas de los maremotos que el 26 de diciembre devastaron parte del sur de Asia. El miércoles, la ONU pidió a la comunidad internacional 130 millones de dólares para hacer frente a las necesidades básicas de Sri Lanka, Indonesia y las islas Maldivas. Cinco días antes de la con-ferencia de Ginebra, el 6 de enero, se hará otro llamamien-to en Nueva York reclamando más fondos, indicó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. Además, los principales paí-ses donantes se reunirán el día 6 en Indonesia en una cumbre dedicada a las consecuencias del terremoto y los maremotos originados por el sismo. A esta ya ha prometido su asistencia el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi,quien ayer anunció 500 millones de dóla-res en ayuda para los países del sureste asiático afectados. El mayor donante De esta manera, Japón se con-vierte en el mayor donante de ayuda humanitaria a los países afectados por el seísmo ocurri-do en Sumatra y las olas gigan-tes que originó y que, hasta el momento, han dejado cerca de 150.000 muertos y miles de desaparecidos en gran parte del sur de Asia. Hasta ahora, Japón había indicado que entregaría unos 30 millones de dólares como asistencia humanitaria. Koizumi señaló también que acudirá a la conferencia internacional que se celebrará el día 6 de enero en Yakarta y a la que asistirán líderes políticos de otros 22 países para determinar una estrategia de ayuda a la región. Asistirán asimismo representantes de la ONU, de la Unión Europea y de organismos multilaterales como el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud. Por su parte, Luxemburgo inició ayer la presidencia de la Unión Europea inmerso en la responsabilidad de dirigir la coordinación de la ayuda de la UE. El Gobierno luxemburgués convocó una reunión extraordinaria de ministros de los 25 para el día 7, en la que se analizará la ayuda de emergencia y propuestas de desarrollo a largo plazo en las zonas afectadas. Estados Unidos incrementa su aportación a las víctimas tras las críticas de «tacañería» en su contra y dará 350 millones de dólares.