«Tory» Blair

David Cameron nació el 9 de octubre de 1966 en Londres. Hijo de un corredor de bolsa en la misma firma en la que trabajó su abuelo y su bisabuelo, Cameron vivió los tres primeros años de su vida en el privilegiado barrio londinense de Kensington y Chelsea, antes de que la familia se trasladara a Newbury, en el condado de Berkshire. Su infancia fue feliz, al lado de su hermano Alex y sus hermanas Tania y Clare. Sin embargo, el nuevo líder tory no pasaría a la misma firma que su abuelo paterno, sino que siguió la línea de su madre. Un antepasado suyo llamado William Mount fue parlamentario conservador por Newbury, antes de pasar el escaño a su hijo sir William Mount, el tatarabuelo de Cameron. Éste siguió la tradición de la familia y estudió en Eton y en Oxford (Filosofía, Política y Económicas). En los últimos meses ha sabido esquivar la pregunta de si consumió drogas o no durante su época universitaria. Abandonada la universidad, pasó a integrar el Partido Conservador, en el departamento de comunica-ción, donde progresó con rapidez. También dedicó un tiempo (siete años) a trabajando como director de comunicaciones del canal de televisión Carlton para obtener experiencia en la empresa privada. En este periodo se ganó cierta fama como alguien de poca confianza. Es euroescéptico (opuesto a la moneda única), aunque en algunos aspectos es más liberal que Blair. Esta casado con Samantha, hija de sir Reginald Sheffield (su padrastro fue un vizconde que trabajó para el ex primer ministro John Major). Tiene dos hijos, Ivan de casi cuatro años que sufre parálisis cerebral, y Nancy de 14 meses. Samantha está embarazada de su tercer hijo. De origen acomodado y educación elitista, David Cameron, de 39 años, se presenta a sí mismo como el «modernizador» del Partido Conservador británico, el principal de la oposición, en la línea de lo que Tony Blair hizo con el laborismo. Aunque rechaza el paralelismo, lo cierto es que las similitudes con el actual primer ministro le han valido el apodo de Tory Blair, justificado también por su apoyo a las políticas neoliberales con una cierta sensibilidad social para conectar con el electorado.