Del Obispo en Internet a sospechoso

Stephens se presenta, en una página de Internet, como «El Obispo», y ofrece a la curiosidad pública varias fotografías. Le gusta, según su anuncio, mantenerse en forma, salir de día y de noche. Pero conoce a todas las mujeres, unas cincuenta, que hacen la calle en Ipswich. Las víctimas, según su relato, eran las más guapas. e incluso cuando despareció Tania Nicol, la primera desaparecida, él llamó a su madre, para contarle la relación con su hija. En su página de internet, el detenido como sospechoso por el múltiple asesinato de Ipswich, se define a sí mismo como «un líder de equipo en busca de una relación». Dentro de las variedades que usan los británicos para presentarse en los anuncios clasificados de 'corazones solitarios', el del sospechoso Stephens es vulgar, no ofrece nada atractivo. Sus fotos le presentan como un tipo sin gracias. Posa con una camisa amarilla y una corbata con los colores y formas de la Union Jack, la bandera británica. Luego, lo hace con una broma manida e infantil. Cierra sus ojos y en sus párpados ha pintado unos ojos. Nada hay en el autorretato que permita identificarle como un perturbado. Es el hombre ordinario que elige entre sus empresas favoritas el supermercado en el que trabajaba, «hasta que me despidieron». Otro de los rasgos que emergían del retrato robot del asesino es que parecía conocer bien el trabajo forense de la policía. Sus dos primeras víctimas fueron halladas en un riachuelo, donde es difícil encontrar rastros. Todas ellas sin ropa, sin restos de ADN. Tom Stephens era un Policía Especial, un cuerpo de voluntarios que sirven como enlace de la policía en la comunidad. Dedican cuatro horas cada semana a su tarea sin recibir pago, son adiestrados en las diferentes técnicas de la policía. De nuevo, el retrato encaja con la personalidad del detenido. La polemica del jurado Un futuro juicio sobre el caso tendrá que ser visto por un jurado. En casos anteriores, las informaciones de los medios de comunicación han sido presentadas por la defensa de acusados como argumento para la nulidad del juicio, puesto que miembros del jurado popular han podido leer o ver noticias que prejuzgaban el caso, que presentaban al sospechoso como culpable. Si el detenido es acusado en las próximas horas, el caso quedará subiudice y la información pública sobre las diligencias será mínima, hasta que llegue el juicio.