Disciplina no es castigo

Dieciséis padres y madres asisten a un taller organizado por el Ayuntamiento de León, dentro del programa Moneo dependiente de la Junta, sobre premios y castigos, para que las familias adquieran herramientas que permitan prevenir el consumo de drogas en los niños y niñas de Atención Primaria. La monitora del curso, Silvia García, enseña a las familias técnicas de modificación de conducta para imponer la disciplina. «Se ha pasado de una sociedad muy estricta a una demasiado permisiva. Los padres y las madres se encuentran un poco perdidos», asegura, «hay que aclarar que la disciplina no es castigo, «disciplina es una forma de educar y el castigo es una forma de ejercer la disciplina, pero hay otras, como el refuerzo, sobre todo el que está vinculado a actividades con la familia, no con lo material».

La educación. La idea principal que aprenden los padres es que toda norma debe ir acompañada de un motivo y el castigo tiene que ir en relación con la norma impuesta. No es un galimatías, es lógica. «No podemos quitarle a un niño de ver la televisión si no ha recogido sus juguetes, por ejemplo, lo que hay que hacer es retirarles los juguetes durante una temporada, para que aprendan que su acción tiene unas consecuencias». Y lo más importante: hay que ser coherentes y constantes.

La mayor preocupación de las familias es no saber enseñar a sus hijos e hijas a no sucumbir a la presión del grupo, «ahora los padres y las madres son sobreprotectores, no dejan que los menores afronten solos sus problemas, les sacan las castañas del fuego y eso lo único que hace es educar a personas inmaduras».

El equipo del plan municipal detecta una disminución del consumo de drogas socialmente permitidas como el tabaco y el alcohol en los alumnos de Primaria, «tenemos que hacer énfasis en la prevención y la educación lo es todo». Y un buen cóctel es el que incorpora ingredientes como el cariño, la comunicación, el respeto y la autoridad.