El show de Benny Hill

El debate presupuestario dejó también ayer algunas perlas que rompieron la seriedad de los números. El portavoz de Inpovi, Manuel García, se mostró escéptico en la reducción del gasto corriente en un millón de euros que recoge el presupuesto y con la cuantía de algunas partidas, «porque como decíamos en el colegio, mi libro no pone éso y no coincide con el de Gordaliza». También preguntó «si de verdad estáis contentos con rebajar 16.000 de los cinco millones del gasto del personal», e insistió en que Villaquilambre «es el Ayuntamiento de Benny Hill, que maneja un presupuesto de 23 millones, pero saca a la calle camiones con una pluma sujeta por cuerdas y con ruedas como el papel de fumar».

En esa línea, hizo suyas las palabras de la responsable de Hacienda sobre que los presupuestos van a marcar el futuro del municipio, pero, aseguró, «por el embolado en el que nos metéis». Algo que negó Gordaliza, porque «hemos trabajado en la peor situación económica que se recuerda, intentando salir adelante sin dejar de prestar servicios esenciales a los ciudadanos». También pidió a la oposición que no se preocuparan por el crédito, porque «hemos invertido tanto en obras esta legislatura, que los siguientes no tendrán nada que hacer». La suspensión de las ayudas a la natalidad suscitó otro chascarrillo, al ser comparada por Civiqus como «quitar el alpiste al loro, ya que los 600 euros se amortizan en tres años con los beneficios que reporta el aumento poblacional. Damos con la derecha lo que recibimos con la izquierda».