Un viaje sin alforjas

n Casi la mitad de las iniciativas que un procurador de León presenta en las Cortes se esfuma para otros lares; preguntas orales o Proposiciones No de Ley que tienen como objetivo cambiar, modificar, crear o apoyar otros tantos asuntos que no tienen que ver con la provincia a la que representan. Las alforjas de los procuradores pierden peso leonés conforme se acercan a Valladolid. Pero hay que ser justos; como en todo, en las Cortes, y más en lo que se refiere a procuradores leoneses, hay categorías. La distancia entre el comportamiento de Grupo Mixto, Grupo Socialista y Grupo Popular es muy significativa. Los leonesistas encabezan, para bien, la lista de procuradores; hasta 39 iniciativas planteadas en el Parlamento autonómico miraban hacia León, frente a las otras once genéricas. Es decir, el 86,5% de las veces de Joaquín Otero o Héctor Castresana reclaman algo en las Cortes lo hacen para León. En el caso de los socialistas, el listón baja un poco. Son menos iniciativas, tanto en términos absolutos como relativos. De 26 preguntas orales o PNL que presentaron en el Hemiciclo durante el pasado año, 16 eran «leonesas», es decir, un 68,5%. Pero quien de verdad hace bajar la media de la eficacia leonesa en las Cortes es el Grupo Popular; de entre sus filas, tan sólo un par de veces se escuchó la voz de los leoneses para hacer alguna Proposición No de Ley, y ninguna de ellas tenía que ver con la provincia a la que representan. Sus dos PNL reclamaban «un protocolo de actuación para situaciones de emergencia que no requieran la activación de planes de protección civil» — presentada por María Concepción Mallo y que fue aprobada por unanimidad—, y la modificación «de la normativa reguladora de la cooperación económica local» —presentada por Ana Rosa Sopeña y aprobada de igual forma por unanimidad—. Números que hacen que la media se sitúe en un 52%; es decir, sólo la mitad de las propuestas de los leoneses, son leonesas. Un viaje, el que hacen los procuradores cada dos semanas al Parlamento autonómico, para el que la mitad de las veces no hacen falta alforjas.