Diario de León

Medio centenar de misioneros se reúnen en la XXII Convivencia anual de Misioneros Leoneses

De los 579 misioneros de la provincia de León localizados, la gran mayoría realizan su trabajo en América, concretamente en países como Argentina, Chile y Venezuela

El obispo de León, Julián López, inaugura la XXII Convivencia anual de misioneros leoneses

El obispo de León, Julián López, inaugura la XXII Convivencia anual de misioneros leoneses

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Alrededor de medio centenar de misioneros leoneses se reúnen este viernes en León en el marco de la XXII Convivencia anual de Misioneros Leoneses, en lo que pretende ser un encuentro «de alegría, gratitud y de toma de conciencia» por parte de la Iglesia Diocesana. Así lo destacó el obispo de la Diócesis de León, Julián López, quien fue el encargado de recibir a todos los participantes y de inaugurar oficialmente el encuentro.

En la actualidad, son 579 los leoneses que realizan su trabajo por todo el mundo, según los datos de que dispone la delegación de misiones, si bien se calcula que alrededor de un centenar más no se dispone de su localización correcta. De ellos, la gran mayoría, concretamente 455, se encuentran realizando su trabajo en América, 60 lo hacen en África, otros 22 desempeñan su labor en Asia y uno se encuentra en Oceanía. Argentina, Brasil, Perú, Chile y Venezuela son los países que cuentan con mayor número de misioneros procedentes de la provincia de León.

El obispo de León recordó que todos estos misioneros que ahora trabajan por todo el mundo «han salido de nuestras parroquias», por lo que se quiere que «en ningún momento se sientan solos o poco acompañados», dijo. Julián López explicó que durante todo el año se mantiene contacto con estos misioneros a través de un boletín denominado `León misionero´, revista que se nutre con las informaciones remitidas por los propios misioneros.

El número de misioneros en la provincia de León se ha reducido notablemente en los últimos años. Así lo lamentó el obispo de León, quien reconoció que se llegó a superar el millar. «Pero el tiempo pasa, unos se jubilan, otros fallecen y otros regresan definitivamente», reconoció, al tiempo que alabó la generosidad de la provincia a la hora de realizar tareas misioneras. Además, consideró que la labor misionera «ha sido necesaria siempre», si bien «en cada época de la historia tiene un acento», que en la actualidad se encuentra «en la cooperación entre las distintas Iglesias».

Según Julián López, el protagonismo «lo siguen teniendo las congregaciones religiosas, especialmente las de vocación específica misionera, pero están muy integrados en las iglesias diocesanas». Además, consideró que la labor depende en gran medida «de la situación sociopolítica de cada país, de la situación económica y de lo que es la propia realidad pastoral de cada una de las Iglesias», señaló.

Misiones en Asia

Entre los participantes de esta convivencia se encuentra Elvira Díez Escanciano, religiosa de la orden de las Dominicas, natural de la localidad de Tejerina y que, desde hade 44 años desempeña su trabajo en Asia. Comenzó a trabajar en 1966 en Filipinas junto a las Acciones Misioneras para el Oriente, organización fundada en 1891 y que trabaja en Filipinas, Japón, Taiwan y Corea, si bien las misiones «más duras» se encuentran en la actualidad en Camboya y Tailandia.

La misionera explicó que inició su trabajo misionero en Filipinas, antes de continuar por Taiwán y más tarde, durante 16 años en Corea, explicó que en Camboya se trabaja «en un ambiente rural» en el que ya se han levantado cuatro parvularios. «Son budistas y las mujeres sólo pueden estar con su presencia», dijo. Allí se presta especial atención a los niños, que carecen de derecho a la educación. «Les bañanos, les damos de comer, el vestido y todo. Es un ambiente muy pobre y a los padres les hacemos que se comprometan, que vayan las mamás a hacer la comida, para que cooperen», dijo.

En el caso de Tailandia, se trabaja en los límites con la antigua Birmania, donde la población es mayoritariamente refugiada. «Hay once campos de refugiados con condiciones increíbles», y explicó que acudir de un campo de refugiados a otro es «como ir pasando de una puerta a otra de una cárcel» en medio de una situación «muy pobre». Entre sus acciones, se ha construido un orfanato para 50 niños hijos de refugiados.

Medio siglo en Puerto Rico

Por su parte, Victoriano Ramos, natural de Castilfalé, lleva 50 años en Puerto Rico, en un país que él califica como «una buena tierra y una mejor gente», con gran fervor religioso y sobre todo «con una participación muy activa y eficaz de la Iglesia seglar» y con una gran colaboración por parte de los jóvenes. «Es un país con unos grandes sentimientos humanos de aceptación, caridad y recepción», añadió.

El trabajo que allí se realiza parte fundamentalmente del trabajo parroquial. «Es la isla del encanto» que cuenta con cuatro millones de personas. «La parte pastoral abarca enfermos de manera especial y sobre todo una infiltración a través de la atención de los enfermos, además de la catequesis o los niños», concluyó.

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