Diario de León

CLUB DE PRENSA

«El carbón está vivo, tiene futuro si queremos, pero hay que luchar por él»

Seguridad, viabilidad e investigación en captura, razones para no cerrar en el 2018.

Nuria Rodríguez, Antonio del Valle, Mercedes Martín y Pablo R. Lago, ayer durante el debate sobre el futuro del carbón.

Nuria Rodríguez, Antonio del Valle, Mercedes Martín y Pablo R. Lago, ayer durante el debate sobre el futuro del carbón.

León

Creado:

Actualizado:

«El carbón está vivo, y tiene futuro si queremos. Pero tenemos que luchar por él. Y para ello es necesario que todos hagamos un frente común que consiga que la Unión Europea reconsidere su posición y las explotaciones no desaparezcan en el 2018». Con estas palabras el presidente de la Hullera Vasco Leonesa, Antonio del Valle, cerraba ayer un debate en el Club de Prensa de Diario de León en el que se analizó la situación del sector minero. Pero sobre todo empresarios, técnicos e investigadores hicieron hincapié tanto en la vigencia de esta fuente de generación energética como en la importancia cada vez mayor que irá tomando en el futuro.

Unas previsiones que hacen que, desde cualquier punto de vista que se analice, la decisión europea de cerrar las minas en siete años resulte «absurda». Tanto Del Valle como la directora general de Carbunión, Mercedes Martín, o la investigadora leonesa en técnicas de combustión limpia Nuria Rodríguez, coincidieron en que no sólo es un error sino un riesgo prescindir de la única fuente energética sobre la que puede ejercerse un control, máxime en un entorno como el actual, cada vez más convulso en los países que poseen y controlan otros combustibles fósiles.

Al debate del Club de Prensa, moderado por el director de Diario de León Pablo R. Lago, asistieron el subdelegado del Gobierno, Francisco Álvarez; el alcalde de León, Emilio Gutiérrez, y la alcaldesa de Villablino, Ana Luisa Durán; así como una amplia representación del mundo empresarial, sindical y social de la minería.

Los participantes en el debate mostraron su sorpresa y su preocupación por el giro que la UE ha dado en su política energética, y que llevó a la Comisión Europea a desoir a otros estamentos comunitarios para aprobar un reglamento que ha llevado a las minas de carbón a estar inscritas en un plan de cierre al 2018 desde el actual ejercicio.

Sin embargo, más allá del cambio radical de previsión y la inestabilidad que introduce en el sector minero, se evidenció la preocupación por prescindir de la única fuente de generación energética que es propia, y por lo tanto gestionable y disponible.

Desde los cimientos de la creación de la Unión Europea, basada en una alianza estratégica sobre el carbón y el acero, hasta la situación actual, en la que la renuncia a las fuentes nucleares, la inestabilidad que afecta a los países productores de gas y petróleo y la exigente demanda energética de los países emergentes (que consumen sobre todo carbón, pero que presionarán al alza el precio de todos los combustibles fósiles) han hecho tambalearse la seguridad energética de todos los países. Y España tiene una dependencia energética del exterior del 85%, casi 30 puntos más que la media europea.

A los argumentos de la seguridad y las advertencias del riesgo que para el desarrollo y la competitividad del país supone renunciar a su única fuente de energía propia, los expertos sumaron los argumentos que hacen que el carbón «no sea ni mucho menos un combustible del pasado».

En primer lugar, que las minas de carbón, en duro proceso de reconversión desde hace años, alcanzarán la rentabilidad en el marco en el que la UE fija precisamente su desaparición. Pero además, justo cuando serán rentables, el Estado tendría que invertir 5.000 millones de euros en los costes sociales de deshacerse de un sector necesario y viable.

Un sector que, a mayores, desarrolla multimillonarias inversiones en I+D en mecanismos de combustión limpia que hagan al carbón viable también desde el punto de vista medioambiental.

tracking