Diario de León

Turnos de vela por los Reyes de León

El pontífice cita al jesuita de los esquimales, el mansillés padre Llorente, como ejemplo de «mentalidad misionera» .

El obispo, el abad, el alcalde y las damas y caballeros del milagroso Pendón de San Isidoro honran la meomria de los Reyes de León en la 'Capilla Sixtina' del Románico.

El obispo, el abad, el alcalde y las damas y caballeros del milagroso Pendón de San Isidoro honran la meomria de los Reyes de León en la 'Capilla Sixtina' del Románico.

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León

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Los monarcas e infantes del Reino de León tuvieron ayer el homenaje que les brinda tradicionalmente el Cabildo de la Real Colegiata y la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro de León durante la celebración del Día de la Epifanía. La solemnidad comenzó a primera hora de la mañana en un acto íntimo en el que las damas y caballeros de la extinta orden desarrollaron varios turnos de guardia y oración por cada uno de los reyes y reinas leoneses. A ellos se les sumó el alcalde de León, Emilio Gutiérrez, que participó en el cuarto turno de vela. El acto se celebra, como pudieron constatar ayer todos los que se quisieron acercar a honrar a los viejos monarcas, en un escenario artístico único del románico. Dos capiteles de la sala escenifican el sentido del acto litúrgico. Uno representa el pasaje bíblico del leproso que recuerda la condición humana del pecado y la misericordia que se consigue tras la muerte. El otro capitel hace mención a la resurección de Lázaro, símbolo de que todos los restos mortales —en este caso, los de los reyes de León— esperan el momento de resucitar.

A las doce y media, el obispo de León, Julián López Martín, ofició la eucaristía en la colegiata. El acto, dividido en dos partes, estuvo acompañado por los cánticos de la Coral Isidoriana y se enmarca dentro de los actos de la celebración del 950 aniversario de la traslación de las reliquias de San Isidoro, de Sevilla a León (21 de diciembre de 1063).

Damas y caballeros, vestidos con sus singulares hábitos y distintivos, rindieron su particular tributo armas en pie y con lecturas sagradas. Con ellos, los atributos reales, la espada, la corona y el cetro, siempre bajo la presencia del Milagroso Pendón de San Isidoro, que portó el abad de cuya cofradía el vigente rey, Juan Carlos I, es Gran Maestre Imperial por herencia del emperador Alfonso VII. | M.R.

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