«Ahora los bancos de Castilla y León son los que vienen a servirnos»

El «largo proceso de reordenación y saneamiento del sistema financiero» no se ha culminado, «desgraciadamente» en Castilla y León. Especialmente en lo que fue «la vieja cultura de relación con nuestras cajas». En cualquier caso, «a partir de este momento las entidades financieras de Castilla y León no son aquellas que tienen sus viejas raíces en iniciativas de la Comunidad, sino aquellas que vienen a servir a la autonomía, a sus empresas y a sus familias».

Así lo expresó ayer el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, ante la asamblea de Empresa Familiar de Castilla y León, que eligió como presidente a Alfonso Jiménez en sustitución de Gerardo Gutiérrez. Herrera destacó también respecto a la reestructuración de las cajas de ahorro que «no nos hemos quedado en la melancolía de lo que pudimos hacer y no hicimos»; y que no hay que hacerlo tampoco en «el análisis de responsabilidades de quién tomó o no determinada decisión».

Se refirió expresamente a La Caixa, entidad «de raíz catalana y nacional», con la que el Ejecutivo autonómico ha firmado varios acuerdos, porque «no pueden establecerse fronteras.

El presidente de la Junta destacó durante la asamblea la labor de los empresarios en la recuperación de la actividad y su decidido papel en el reto de crear de nuevo empleo. «Representáis el ejercicio de compromiso y de paisanaje de quienes, sin complejos incluso frente a aquellos demagogos que impugnan la función social del empresario, sienten los colores y no se resignan a que esta no sea una tierra de futuro, de la que sus hijos tengan que emigrar. Y seguís empeñados en crear riqueza y oportunidades».

Herrera insistió en la tarea de «transmisión de la cultura intergeneracional» de las empresas familiares, que son un 95% del tejido empresarial de la Comunidad. Y alabó la capacidad de tomar decisiones estratégicas durante los años de crisis, que permitirán a las sociedades aprovechar los datos positivos que ya se están produciendo en la economía nacional y autonómica.

En este sentido destacó la «responsabilidad de las administraciones públicas», y aunque calificó de contradictorias algunas decisiones del Gobierno nacional, incidió en que «era necesario un punto de inflexión. Sin reformas las cosas no podían seguir». Aunque recalcó que las decisiones del Ejecutivo de Rajoy no siempre han sido del agrado de la Junta, y abogó por una revisión de la reforma laboral, y también de las administraciones; así como por finalizar la reestructuración financiera y abogar por una reforma fiscal que «incentive el consumo interno y la actividad empresarial».