El colapso del centro base bloquea la valoración de 3.000 discapacitados en León

Hasta siete meses de retraso y casi tres mil personas están a la espera de que los especialistas del centro base de León les valore el grado de discapacidad. El centro, dependiente de la Gerencia Territorial de los Servicios Sociales, dispone actualmente de dos equipos de valoración, uno menos que hace dos años. Falta un especialista en rehabilitación —el único que tiene el centro— un psicólogo y un trabajador social. Un equipo completo, lo que ralentiza los exámenes de valoración para el reconocimiento del grado de minusvalía, atención temprana y rehabilitación integral de adultos.

El escollo está en la contratación de un especialista en rehabilitación, lo que bloquea que se pueda completar el grupo para agilizar el trabajo. Mientras tanto, los usuarios viven con angustia el paso del tiempo, lo que, en la mayoría de los casos, les supone el retraso en el documento del grado de discapacidad necesario para solicitar desgravaciones, pensiones no contributivas, pensiones por hijos a cargo, plazas de aparcamiento en la ciudad, presentación a oposiciones o un empleo. Las empresas públicas y privadas que empleen a un número de 50 o más trabajadores, están obligadas a que de entre ellos, al menos el 2% sean trabajadores con discapacidad. Una condición que tienen que demostrar con un documento oficial.

Condiciones laborales

La denuncia no sólo la hacen los usuarios sino también el comité de empresa. Su presidenta, Ruth Barrientos, asegura que el principal problema para encontrar un profesional en rehabilitación son las condiciones laborales. «Desde el servicio se ha hecho un llamamiento internacional para la contratación de una persona a través de Eures, la red europea de empleo. Se han hecho dos contrataciones temporales en este tiempo, pero el puesto no se consolida porque el sueldo no compensa al ser personal laboral de la Junta y al final acaban marchándose a Sacyl, con mejores condiciones salariales».

Los trabajadores denuncian que la situación se ha visto agravada las últimas semanas. El servicio está instalando un nuevo sistema informático que debía estar a pleno rendimiento desde el lunes de la semana pasada pero que se ha retrasado. «Si fuera poco el retraso, esta semana han tenido que llamar a personas que ya estaban citadas para aplazarles la fecha».

El retraso lo tienen las personas con discapacidad física. Las valoraciones psíquicas están al día, según los trabajadores.