Diario de León

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Antibióticos mejora sus previsiones y reduce a la mitad el ERE de suspensión

La fábrica saca al mercado la primera producción y emplea ya a 155 trabajadores.

Una estancia industrial de Antibióticos, puesta de nuevo en funcionamiento para la elaboración de medicamentos.

Una estancia industrial de Antibióticos, puesta de nuevo en funcionamiento para la elaboración de medicamentos.

Publicado por
L. URDIALES | REDACCIÓN
León

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Antibióticos mejora sus previsiones laborales derivadas del rescate de Black Toro. Tras cinco meses desde la recuperación de la actividad, tras aquel proceso de quiebra al que le condujo la anterior dirección de la fábrica, la actividad industrial ha permitido reducir a la mitad el expediente de regulación de empleo rotatorio previsto para medio centenar de empleados. Hoy, ese corsé afecta a veinticinco y cada mañana acuden a la factoría una media de 155 trabajadores. Con la aplicación del expediente en su totalidad había actividad para 120 trabajadores de los más de 170 que asumió el fondo de inversión con su apuesta financiera e industrial para revertir el destino de Antibióticos antes de superar el concurso de acreedores y la intervención judicial.

Para sostener ese plan, la propiedad de la compañía planificó la dedicación de los empleados en función de las perspectivas de actividad; por eso acomodó un expediente de suspensión de empleo temporal para cincuenta de los ciento setenta trabajadores que reiniciaron en noviembre del pasado año el ciclo productivo de la compañía. El expediente de suspensión se asume de forma solidaria y rotatoria por toda la plantilla (salvo en casos de dedicación técnica).

La merma del efecto del ERE coincide en el tiempo con hitos comerciales en Antibióticos León, señalados en rojo por los gestores del fondo de inversión cuando tomaron en propiedad la legendaria factoría química leonesa: hace apenas unos días que salió del complejo leonés el primer encargo de penicilinas que se elaboran y transforman para un laboratorio alemán, Boringer, puntero en el sector de los medicamentos y tratamientos en animales. Ese detalle reafirma la eficiencia de los gestores sobre la hoja de ruta que trazaron para devolver a la firma al prestigio enterrado hasta abocar a la marca a la desaparición. Desde noviembre, todo lo que acontece dentro y en torno a Antibióticos aporta suma. De actividad, de la recuperación de los procesos y estructuras industriales agotadas tras el parón que congeló la fábrica; de perspectivas de venta, como se desvela en el crecimiento del arco de clientes y de proveedores y de empleo, después de lograr en el tramo final de este periodo de casi medio año un acomodo para la mitad de los empleados que de otra forma se refugiarían en el expediente de suspensión.

Antibióticos tiene ahora por delante la amplitud de tareas más allá de la zona de asépticos, de estériles, donde ha elaborado la primera producción de la fábrica en la era Black Toro y que ha contratado su cliente alemán; inyectables de penicilina.

En breve se definirá la actividad en torno a la elaboración de amoxicilinas, que ha de resultar el producto franquicia de Antibióticos en su nueva etapa, tal y como se subrayaba en el proyecto del fondo inversor con la compañía leonesa.

La fábrica de Antibióticos dispone de una estructura industrial capaz de general cinco toneladas al día de amoxicilina.

El sector de la fermentación es otro de los ámbitos en los que se planifica actividad de cara a los próximos meses, mientras amplían horizontes comerciales en países donde pueden hallar potenciales clientes.

En otro estadio se encuentra la puesta en funcionamiento de la depuradora, una estructura esencial para dar servicio a la compañía cuando alcance los ratios máximos de actividad industrial. En casi medio años, casi en tiempo récord, Antibióticos ha regresado a una senda de normalidad y trabajo que hasta la zozobra de la última década le reportó consecuencias exitosas para la marca.

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