Diario de León

Palabra de Dios, obra del hombre

Una treintena del casi medio millar de misioneros leoneses que se reparten por el mundo explican sus experiencias con motivo del homenaje a su entregada tarea organizado por la Diócesis. Alrededor de medio centenar de misioneros leoneses obran por el mundo para trasladar la palabra de Dios y la ayuda del hombre a quienes quieran recibir ambas cosas. El obispo de León, Julián López, presidió el acto de celebración del Día del Misionero. «Son tiempos de secularización, pero la palabra del Señor ha de seguir resonando. La serpiente del ateísmo no muerde el pie de la madre virgen sino el de la Madre Iglesia», explicó el obispo. Monseñor saludó uno a uno a todos los misioneros asistentes.

Foto de familia de los asistentes a la celebración del Día del Misionero, que se inició con un acto en el interior de la Real Colegiata de San Isidoro.

Foto de familia de los asistentes a la celebración del Día del Misionero, que se inició con un acto en el interior de la Real Colegiata de San Isidoro.

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Por cada misionero hay 6.754 católicos en África, 8.742 en Oceanía, 3.796 en Asia... y 13.373 en Europa. Así que el mito de que las mayores necesidades de las misiones están en Etiopía y alrededores es un bulo.

León tiene 454 misioneros repartidos por 56 países del mundo. La delegación venezolana es la más numerosa. Son medio centenar. Por contra, hay uno en Guinea Papúa y otro en Zimbabwe.

El problema radica en que ninguno de todos ellos tiene menos de cuarenta años. Y que hay una veintena que ya caminan hacia el siglo de vida. La mayoría rondan los ochenta o noventa años de edad.

La Diócesis de León celebró ayer el «Día del misionero» para reconocer la labor de los leoneses que se dejan su vida y su salud en el empeño de llevar el mensaje evangelizador católico allende las fronteras del Reino (de León y de España). Una treintena de ellos estuvo presente en la Colegiata de San Isidoro, para compartir sus experiencias junto al obispo de León, Julián López.

Los testimonios resultaron reveladores. Victor Lozano estuvo treinta años en Tanzania. «Llegamos en plena pelea del caucho y teníamos 26 sacerdotes para la Amazonía, una región como la comunidad de Castilla y León», explicó con un inconfundible acento sudamericano pese a su procedencia leonesa.

Mari Carmen Álvarez Pellitero estuvo 24 años en África y ahora lleva seis en Roma. «Nos dedicamos a enseñar castellano a los inmigrantes, que es una tarea igual de gratificante».

A Raúl Aguilar se le ocurrió caminar a la inversa el mismo trayecto: «Yo nací en Costa Rica pero llevo seis años en León. Me ordené diácono el 31 de mayo y vengo de la línea neocatecumenal. Puedo contar mi experiencia de un año en Alicante y Albacete y mi deseo es poder motivar allá donde me envíen», explicó.

María Gabina Diez es Carmelita misionera. Estuvo en Guinea ocho años «Lo más gratificante es lo que se recibe cuando estás en la misión, porque desde aquí no te haces cargo. Tienes que tener experiencia, porque si no queda en imágenes y en una noticia más».

Dulcínia García Gutiérrez estuvo «en Venezuela 25 años, 25 más en Nicaragua y lleva ocho en México». Según el país cuyo nombre pronuncie, así le sale el acento local. Y es leonesa de pura cepa.

«Con salud y el ánimo de las montañas en la medicina alternativa se hizo todo, porque cuando acabó la guerra no había nada. La droga nos lo está poniendo muy difícil en México. Dios nos fortalece, es el único».

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