El reto de la financiación

El patronato que en pocas semanas se hará cargo de la herencia de la Obra Social de España Duero tendrá que diseñar como medida prioritaria un plan estratégico de viabilidad, que pasará tanto por buscar la rentabilización del patrimonio heredado como por la contención de gastos que este mismo patrimonio genera. De momento el equilibrio de gestión de la Obra Social se mantiene con cuatro trabajadores de Banco Ceiss en el edificio Gaudí, que retornarán a la plantilla de la parte financiera en cuanto se conforme el nuevo patronato. Cercenados los ingresos de una parte bancaria que persigue su propia salvación; agotados los recursos de la última dotación de la Obra Social (algo más de 4 millones de euros en 2013, cuando a finales de la década anterior la dotación superaba los 45 millones de euros); y resolviendo urgencias con la rentabilidad de un Monte de Piedad que gracias a la crisis económica recuperó antiguos bríos (calculados en más de un millón de euros al año), el futuro inmediato plantea un escenario en el que la venta de parte de los activos inmobiliarios de la heredera de la gran caja se plantea casi tanto como fuente de ingresos como para frenar los gastos. De hecho la gestora que en los últimos años ha desgranado el diseño de la Fundación España Duero señala que la venta de activos sería no tanto una fuente de ingresos como un freno de los gastos actuales.

Mientras todo esto se decide los recursos se consumen, y se evidencia la necesidad de priorizar los gasto de cara al futuro.