El otro Vía Crucis de monseñor

m. romero | león

El prelado Lucio Ángel Vallejo Balda abandonaba esta semana su arresto en el Colegio de los Penitenciarios vaticanos, donde compartía una austera vida de convento con los 14 frailes franciscanos que dedican sus horas a confesar en todos los idiomas del mundo a los peregrinos que llegan a San Pedro. Hoy se encuentra en la misma celda de la Gendarmería vaticana donde fue llevado tras su detención el pasado 2 de noviembre por el caso de traición al papa conocido como Vatileaks 2, proceso judicial sobre la sustracción y fuga de documentos reservados que hoy se reabre tras varias semanas de parón.

El Tribunal que juzga el caso ha convocado para hoy una audiencia a puerta cerrada para revisar el material que podrá ser utilizado durante el juicio que se retomará el lunes con otras dos audiencias para escuchar a los testigos. Además de monseñor Vallejo Balda, ex ecónomo de Astorga y hasta ahora secretario de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede, están imputados sus colaboradores Inmaculada Chaouqui y Nicola Maio, así como los periodistas Emiliano Fittipaldi y Gianluigi Nuzzi, autores respectivamente de los libros Vía Crucis y Avarizia , donde se publicaron los documentos reservados de la Santa Sede. Junto a ellos acudirán ante el Tribunal doce testimonios solicitados por los imputados, entre ellos el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y el cardenal Santos Abril y Castelló, arcipreste de Santa María la Mayor.

Y todo parece estar en regla para que el proceso se cierre antes de Semana Santa. Las pruebas periciales que faltaban ya están en manos del Tribunal. Se trata de varias conversaciones mantenidas entre Vallejo Balda e Inmaculada Chaouqui a través de mensajes, chat e email que la colaboradora ha querido incluir en la causa. Por su parte, el execónomo leonés solicitó que se añada al expediente una prueba psiquiátrica.

Le piden ocho años de cárcel, pero nadie olvida antes del mediático juicio que éste es el Año de la Misericordia.