Diario de León

Zapatero desvela que dio Interior a Alonso porque tras los atentados del 11-M necesitaba a "un hombre de la máxima confianza"

El expresidente del Gobierno pide al alcalde una calle para José Antonio Alonso en el Crucero durante el multitudinario homenaje al juez y exministro León

El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (c), jutno a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena y el exfiscal general del Estado Cádido Conde Pumpido durante el homenaje al juez y político José Antonio Alonso fallecido el 2 de enero.

El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (c), jutno a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena y el exfiscal general del Estado Cádido Conde Pumpido durante el homenaje al juez y político José Antonio Alonso fallecido el 2 de enero.

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SUSANA VERGARA PEDREIRA | LEÓN
León

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El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha desvelado esta tarde en León por qué el juez leonés José Antonio Alonso no fue ministro de Justicia, como parecía destinado, y en cambio lo nombró titular de Interior. Durante el homenaje a Alonso, celebrado esta tarde en el Aula Magna de la Universidad de León, Zapatero aseguró que después de los atentados terroristas del 11-M -cometidos tres días antes de que él ganara las elecciones generales- necesitaba "a un hombre de la máxima confianza" para dirigir las investigaciones.

Y así fue como José Antonio Alonso, amigo desde la infancia de Rodríguez Zapatero, asumió el Ministerio de Interior.

Zapatero hizo un recorrido por la vida política y judicial de Alonso, con el que dijo que tuvo una "amistad indeleble" y al que definió, emocionado y contundente, como "un referente de una generación que cuidó y defendió la democracia, amante de su país, un patriota de verdad". Recordó un mitin de Pasionaria al que ambos fueron juntos -"él con una boina roja", describió-, algunas anécdotas de su actitud como ministro -"fue un ministro muy singular, garante de la democracia en todas las decisiones que se adoptaron en los consejos de ministros", dijo-, y su vocación como juez. Repasó su vida juntos en el Colegio Leonés, en la primera Facultad de Derecho con sede en San Isidoro, su correrías juveniles -"lo pasamos bien, muy bien, digámoslo", contó-, y su afinidad política y personal. "Fue un hombre comprometido", le describió. Le llamó por su apodo de entonces, 'Antuan'.

"Despidiéndose de una chica en la fuente de San Isidoro"

Pero Zapatero se permitió también desvelar por qué le llamó para la cartera de Interior y no de Defensa, como parecía destinado. "Comprenderéis que tras el 11-M, un presidente del Gobierno como yo necesitaba un hombre de la máxima confianza". A José Antonio Alonso le encomendó la investigación de los atentados terroristas cometidos por islamistas radicalizados que costaron la vida a 194 personas en la estación de Atocha y en los trenes de cercanías en los que estallaron las mochilas-bomba. Y además, el expresidente del Gobierno se permitió alguna licencia muy personal sobre Alonso. "Siempre llegaba  tarde, entraba en clase en el Colegio Leonés sobre el timbre, con la clase ya empezada. Era porque estaba allí, en la fuente, despidiendo a una chica rubia", recordó mencionado a Pilar Esther Gallego, novia entonces del exministro y su primera mujer. "Yo le presenté enseguida a Sonsoles, para que me dijera qué le parecía. Para mí era una autoridad". Y así trazó un Zapatero especialmente simpático el dibujo de un Alonso de éxito por su atractivo personal.

En su discurso, cercano y muy cariñoso, pidió al alcalde de León que le pusiera a José Antonio Alonso el nombre de una calle en el barrio del Crucero. Lo hizo en dos ocasiones, y entre ambas pidió disculpas a Antonio Silván por "entrometerme en asuntos municipales". "Es que uno ha sido lo que ha sido y conserva tendencia a la indicación", añadió con cierta sorna. La petición de que Alonso tuviera una calle fue el momento más aplaudido del acto.

Zapatero comenzó su intervención leyendo una carta de la segunda esposa de Alonso y de su único hijo, Javier, que ha heredado la pasión de su padre por el fútbol y el baloncesto, y terminó dirigiéndose a él. Recordó que tres meses antes de morir, ya sabiendo la gravedad del cáncer que afectaba a Alonso, en una conversación con él, le prometió que cuidaría de su hijo, "su gran pasión". "Quiero que sepáis Pedro, Mari Luz, que lo cumpliré", les dijo a sus hermanos.

"Podemos llorar", añadió Zapatero. "Es bueno, libera, reconforta y nos une, pero también podemos recordarle, repasando las fotos, contando anécdotas. Podemos hacer que su ejemplo viva en nosotros", concluyó.

Pepe Habichuela durante el homenaje a Alonso, del que era íntimo amigo. MARCIANO PÉREZ

El acto comenzó con la música de 'Entre dos aguas' de Paco de Lucía, al que Alonso admiraba profundamente, y concluyó con una canción de Leonard Cohen. Hubo también música en directo, con la participación de Pepe Habichuela, que vino a León con su guitarra andaluza y su acento del sur para rendir homenaje "a un amigo". De él recordó el tocaor que el exministro le había recibido en su despacho, en su casa, donde habían tocado juntos la guitarra, y le había ido a ver "con los escoltas" a su camerino. Habichuela se quebró al hablar pero no al interpretar una de las piezas que más le gustaba a su amigo, porque Alonso era un apasionado del flamenco. 

Durante el homenaje se escucharon despedidas de varios amigos que no acudieron a León, entre ellos del torero José Tomás y del periodista deportivo José Ramón de la Morena. "Te importaban los valores", dijo José Tomás. "Te imagino. amigo, al lado de Paco de Lucía, tejiendo melodías", añadió. 

De la Morena, como todos los intervinientes, destacó su integridad y valentía. "No te olvidaremos", se despidió el periodista.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, aseguró que estaba en León en representación "de una ciudad, Madrid, que le debe este homenaje", y relató sus años en la asociación de Jueces para la Democracia.

De ese periodo habló también Conde Pumpido, que cedió a José Antonio Alonso el testigo en la asociación. "Era lúcido, esforzado, valiente", le describió. "Sólo presumía de una cosa: de ser un chico de León". Del exministro, Pumpido dijo que no sólo sabía de derecho sino que "sabía para qué valía el derecho" y añadió que era un firme defensor de las personas desfavorecidas. Del papel de José Antonio Alonso en la investigación del 11-M dijo que no se dejó ningún cabo suelto. "Ningún cabo suelto", remachó, "salvo para los que no pueden vivir sin cabos sueltos". Recibió un cerrado aplauso. Después desveló que tres meses antes de morir, Alonso seguía "planificando una justicia mejor".

Muy emotiva fue la intervención de sus dos compañeras de la Audiencia Provincial de Madrid, donde regresó después de abandonar la política. "Por encima de todo era juez", dijeron. "Protegió la democracia", añadieron. Y recordaron con cariño su saludo cada mañana: "Buenos días a todos y a todas". Una frase con la que quedó retratada otra faceta de Alonso, su defensa de los derechos de las mujeres.

"Qué corto se nos ha hecho el camino, José ANTONIO"

"Si él fuera ahora mismo ministro de Interior, en la primera acción injusta de su vida, disolvería este acto. Diría: alguien que ha hecho tan poco como yo, no se merece tanto". Así empezó el acto de homenaje póstumo a José Antonio Alonso, juez y exministro, en el Aula Magna de la Universidad. Eran las palabras serenas y emocionadas de su hermano Pedro.

Agradeció a todos los asistentes su presencia y les dio las gracias por acompañar a Alonso durante su vida. "Qué corto se ha hecho el camino", exclamó.

A él le hubiera sorprendido este homenaje. Le gustaba jugar en equipo, su pasión era el fútbol, guardar silencio y pasar desapercibido. Pero esta tarde, pese a él, y con el pesar de tantos, se convirtió en protagonista.

Había mucha emoción, no siempre contenida, en el Aula Magna de la Universidad de León. Y lleno total para escuchar lo que tenían que decir de él, de José Antonio Alonso, sus amigos. Porque todos los que tomaron la palabra eran eso, amigos.

En lugar preferente, en las gradas laterales, sus amigos de infancia de los barrios del Crucero y San Esteban. En la otra bancada, los intervinientes. En las primeras filas, a la izquierda -esto le habría gustado-, las autoridades. Y al otro lado, su familia. Su hermano Pedro, su hermana Mari Luz, sus cuñados, sus dos sobrinas y unas filas más atrás, discretamente pero muy presente, su ex mujer, Pilar Esther Gallego. Faltaban su hijo Javier y su madre, ambos por razones obvias.

De Alonso, todo en la sala. Su espíritu, muchos recuerdos y una gran fotografía de él en su despacho, rodeado de libros, tal como era, sonriente, afable, culto.

Políticos de todos los partidos, jueces, ex ministros como él, entre ellos José Blanco, compañeros de universidad y de la carrera judicial, colegas del equipo de su barrio, su entrenador de baloncesto y su amigo José Luis Rodriguez Zapatero, el leonés que llegó a presidente del Gobierno y lo llevó con él a la Moncloa.

Cada discurso acompañado por fotografías que hacían alusión a la relación que mantenían Alonso y el orador.

Los primeros aplausos para Zapatero y su mujer, Sonsoles Espinosa, y un emotivo abrazo con quien fue la primera mujer del juez, la también leonesa Pilar Esther Gallego, y los hermanos de Alonso. Tras el hermano, tomó la palabra el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, que alabó la honestidad del juez y recordó, sobre todo, su forma de mirar, "siempre de frente".
"Me siento orgulloso de este leonés honesto", añadió.

En nombre de sus amigos de infancia, Pepín, del  Crucero, puntualizó con orgullo que José Antonio Alonso no era de un barrio humilde, "era de un barrio obrero". Allí, en el barrio, dijo, aprendió la lucha obrera y otro pilar fundamental, recordó, de su carrera como juez: "Sin justicia no hay libertad y sin libertad no hay felicidad".

Después, muy emocionado, dirigió unas palabras a Javier, el hijo de José Antonio Alonso: "Que sepas que los amigos de tu padre estamos aquí para siempre".

Casi dos horas más tarde, cerró el acto una amiga personal de Alonso, Paquita Cobos, que intentó consolar a su hermanos, habló de la dedicación de Pedro y Mari Luz Alonso durante la enfermedad del juez y tuvo un emotivo recuerdo para los escoltas. "Gracias por vuestro respeto, por vuestro cariño y por vuestras lágrimas". Tres de ellos estaban en el Aula Magna.

Fue el adiós a Toño más que a José Antonio Alonso, el hombre al que todos quisieron.

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