León se enamora de Tesla

León quiere a Tesla; y Soria. Y varias decenas de municipios, que ya han pasado por pleno el trámite para ofrecer terrenos a la factoría prevista por la compañía americana de automóviles eléctricos; y Galicia también, por eso se enfrascó hace dos años con la raya portuguesa en una pugna mediática de resultado estéril hasta la fecha sobre la idoneidad del territorio para asentar un emporio industrial capaz de generar diez mil empleos; pero es que Salvemos Puertollano invoca a Tesla por razones tan perentorias como las que relata Zamora; Córdoba, Valladolid, Jerez de la Frontera, o Paterna, que en la exposición de motivos para postular el asentamiento enfatiza el clima del levante, un calco al de California.

Allí, en Palo Alto, se levanta la sede central de un imperio que está dispuesto a cambiar el mundo a base de propulsar coches con baterías eléctricas. Allí, se supone, se apilará ya entre torres infinitas de papeles la reciente invitación de San Andrés del Rabanedo, formalizada en sesión plenaria, para que la fábrica que debe suministrar coches a Europa ocupe un rellano amplio del polígono de Trobajo del Camino; la tarjeta del alfoz de León se apilará próxima a la carta que remitió la montaña leonesa, a través de Adsacier, Sabero-Cistierna y La Ercina, para que esa zona desbaratada desde el cierre de Hulleras vea por fin la luz, con alguna terminación en el sorteo del gordo industrial de la década; quién sabe si del siglo.

La compañía no está en condiciones de contestar qué criterio empleará para determinar el lugar elegido para construir la nueva fábrica. Si pesará el acuse de recibo por orden cronológico; o la urgencia económica que exponga el territorio postulado; o si, por el contrario, se va a dejar influir por la presión social, el aval de la población, el empuje y el entusiasmo que la gente expone a través de una rúbrica. La propuesta de Cistierna y Sabero se sustenta con 3.480 firmas en Change.org; otra campaña que promueve el interés de la provincia leonesa en esta misma plataforma recaba apoyos con el fin de instar a los grupos políticos del Ayuntamiento de León y la Diputación a que se postule a la ciudad de León como posible sede para acoger la factoría que Tesla «estudia» hacer en España. Ayer, sumaba 10.900 firmas. Lejos, en todo caso, de las más de 23.000 y la delantera que tomó el impulso de Paterna en esa carrera de fondo. El estado febril por la fábrica de Tesla alcanza un repunte, ahora, casi dos años después de la primera entrega que sumó a Ponferrada a la ola de peticiones por la fábrica de coches eléctricos. El aluvión, que parece desbocado en España, resulta nimio en el recorrido por la práctica totalidad de los países europeos, que han sumado de forma exponencial su torrente industrial a disposición de Tesla.

León quiere a Tesla, y comparte ese sentimiento mundial de amor por la compañía que tiene entre sus planes a corto y medio plazo crear diez mil empleos para construir coches eléctricos y baterías descomunales que permiten circular con autonomía cientos de kilómetros. Ese es el negocio que Tesla Motors impulsa desde las fábricas de Freemont (California), la Gigafactory que acaba de poner en producción en Nevada; la cadena de ensamblaje situada en Holanda, y otra de entrega de componentes en ese mismo país. La estrategia, en adelante, tiene que ver con imprevistos; el que ha retrasado la decisión sobre la localización de la fábrica en Europa tiene que ver con un cuello de botella que desajusta las entregas y los pedidos del Tesla Model 3, que hace que la compañía tenga apalabradas miles de unidades. León desea a Tesla; falta por saber si la atracción es recíproca, o cuántas bolas tiene ahora la provincia en el bombo del próximo destino maná del coche eléctrico. Si es adecuado el camino del cortejo a través de cartas y formalismos; o conviene explorar otras fórmulas en esta ceremonia de aproximación. Querer y demostrar que se quiere. De momento, entre las cincuenta cuentas de Twitter más seguidas en León no figura la de Elon Musk; ni ninguna cuenta leonesa está entre las cincuenta que sigue el CEO de Tesla. Eso ya da una pista concluyente.