Otra subida de los peajes en León frente al recorte del 30% en las autopistas rescatadas

León vuelve a quedar noqueado en el pulso de la España de dos velocidades; orillado también, cuando la balanza se mide por las tasas en las autopistas de peajes. La subida programada por el Gobierno a partir 1 de enero afecta de lleno a las autopistas leonesas, que experimentarán una subida de tarifa próxima al punto porcentual (de 0,84%, según el criterio general que se aplicará para las vías de pago sujetas a la administración general del Estado); ahí comienza a profundizar el agravio. Tercera subida consecutiva en León; y enfrente, se exponen las rebajas de hasta el 30% en las tarifas que se aplican para la decena de autopistas de peajes rescatadas por el Gobierno según las condiciones de circulación en horario diurno; más amplia en la franja nocturna, cuando el paso se permite de forma gratuita.

Son las dos varas de medir la gestión de las redes de peaje en el territorio nacional; levantar la barrera en los peajes de la León-Astorga y de la León-Asturias será un poco más caro desde Año Nuevo; hasta 13,45 euros en las cabinas de La Magdalena (diez céntimos más por vehículo ligero de la tarifa actual) y hasta los 5,20 en la AP-71, si se aplica el incremento previsto por el Gobierno, que repercutirá en cinco céntimos sobre la tarifa en vigor durante 2019.

Otro abismo que deben afrontar a diario los usuarios leoneses, que se traduce en un inconveniente y un corsé para la actividad económica en esta zona. El Gobierno no encuentra tiempo para recortar la amplitud de los peajes leoneses; de los del noroeste español, por extensión, que de forma temporal se convierten en reivindicaciones y elementos de pugna en los programas electorales y en las estrategias políticas. El contrapunto a esa presión se puede hallar en autopistas del pago del sur y el este español; de inmediato se liberalizarán de pagos las autopistas de peaje de Sevilla a Cádiz; y la que recorre el Levante, entre Tarragona y Alicante.

El próximo verano, se acometerá la exención de pago en la autopista que une Zaragoza y Tarragona; y el tramo de la AP-7, que va desde esta ciudad del mediterráneo y la frontera francesa.

Otra vez la brecha territorial y geográfica a escena; el cauce del desarrollo suelta lastre con la retirada paulatina de tarifas en los peajes establecidos; el vértice noroeste, agarrado a la rémora de pasar por caja para circular, lejos de la igualdad y el tamiz homogéneo. Agravado más, si se une al asunto que la conexión con la capital de España por vía de alta capacidad está sometida también al pago de un tributo de 12,80 euros desde el 1 de enero (diez céntimos más que durante esta año) para superar el túnel de Guadarrama por la A-6.

Las dos versiones de gestión en la aplicación de la política de peajes también tiene un acento geográfico en torno a las autopistas rescatadas que tienen un trato beneficioso con respecto a la presión a los peajes leoneses; los recortes de peaje de hasta el 30% se localizan en las cuatro radiales de Madrid, la M-12, entre la capital de España y el aeropuerto; la Madrid-Toledo; la Ocaña-La Roda, y tramos de Cartagena o la circunvalación de Alicante.