Corredores
Inversión de 7.000 millones al corredor Mediterráneo con el Atlántico sin definir
El Gobierno ratifica el apoyo a la conexión del Levante español mientras el noroeste espera a concretar proyectos
El Gobierno de España inclina la balanza inversora de las infraestructuras ferroviarias hacia el muro Mediterráneo; en ese pulso latente que mantiene desde hace tres años con la fachada sur y este de la península, el extremo noroeste se vuelve a quedar relegado.
Las comunicaciones del tramo oriental vuelven a ganar con ventaja holgada a la aspiración del Atlántico. Las cifras: Transportes anuncia una inversión de 7.000 millones para mejorar los cauces de comunicación y fluidez de mercancías por el corredor Mediterráneo, lo que significará multiplicar por tres la cuantía de la actuación actual.
Eje de progreso
Las dos Españas se encuentran de frente en ese pronóstico. Todo el área que alarga la conexión de las principales arterias europeas entre la frontera hispano francesa de la Junquera hasta más allá del Cabo de Gata habría sigo objeto ya de licitaciones de obras de mejora y reforma y ampliación estructural (en maraña de vías y puertos, base del concepto intermodal que predica el concepto de modernidad mercante que predica la UE) por más de 2.000 millones de euros en los dos últimos años.
El corredor Atlántico espera extenderse hacia el noroeste, llegar a León desde la meseta castellana —por el pasillo elegido hace una década por los gobiernos autonómicos y el ejecutivo central para conectar Hendaya con la costa portuguesa, al norte de Lisboa— con la descripción casi esquemática de un documento que se presentó hace veinte meses y alusiones descuidadas a las necesidades estructurales más urgentes; en la línea de tren de León a Vigo, y en la salida hacia el Cantábrico, con el Musel de fondo.
Contra el calendario
Mientras avanzan los días y los plazos hacia el momento clave de acudir a Europa con la lista de proyectos con los que concurrir al plan de inversión que ampara el plan Conectar Europa, en el paréntesis plurianual 2021-2027, el corredor Atlántico espera concretar un documento de consenso mientras el área Mediterránea ya sabe la cantidad de la que va a disponer para remozar la autopista ferroviaria que corre paralela por aquel perímetro.
La España de las dos velocidades emerge nítida con motivo de los planes inversores que ampara el Gobierno de España para los territorios, según la demarcación geográfica.
A corto plazo
A dos meses de abrir el registro para los proyectos de concurrencia a los presupuestos de CEF, ese mecanismo que sustenta el secreto de financiación que puede hacer revertir el declive social, poblacional y económico del extremo noroeste del país, el único compartimento estanco común para los corredores Atlántico y Mediterráneo es la idea de que Europa respalde la inversión.
El abismo está en el compás: el arco levantino sabe el dinero con el que contará los tres próximos años; el del noroeste, espera con ansiedad para que se definan los proyectos de León, Galicia y Asturias.