Los bomberos vuelven al parque de Sáenz de Miera

La previsión inicial se marcaba para San Juan y San Pedro. Pero llegaron las fiestas, pasó el verano y, rebasados ya los Santos, hasta ayer los bomberos no retornaron al parque de la avenida Sáenz de Miera. Siete meses después de su traslado provisional a las instalaciones del coto escolar, donde han tenido que convivir con los servicios allí ubicados, los funcionarios municipales estrenaron esta semana las dependencias, aunque sin contar por ahora con la puesta en funcionamiento de la denominada zona limpia que justificaba la intervención para adaptarse a la normativa.

Las dependencias en las que los bomberos deben quitarse la ropa de intervención, para descontaminarla de las posibles sustancias tóxicas y lavarla, antes de pasar a la zona de convivencia para garantizar la seguridad, todavía no funcionan. La falta se acrecienta con la carencia del segundo traje de intervención que todavía no tienen casi un tercio de los integrantes de la plantilla municipal, en la que las últimas jubilaciones dejan apenas 73 integrantes, a los que se restarán otros dos antes de Navidad. La adquisición del equipamiento deberá sacarse a contratación en las próximas semanas, lo que limita de momento la correcta actuación para la prevención de riesgos laborales que habían reclamado los funcionarios del servicio.

Sin esta zona limpia todavía lista, los bomberos hicieron la mudanza de todo el equipamiento, maquinaria y vehículos durante la mañana. El turno de entrada ya disfrutó de los dormitorios reformados, con nuevos colchones, taquillas y camas que renuevan un edificio que apenas se había tocado desde su construcción en 1978 y necesitaba adecuaciones de accesibilidad. Junto con esta zona se ha intervenido en los aseos, en el comedor y en la cocina, totalmente equipada, pero en la que por ahora no funciona el gas porque no se había incluido en el proyecto original.

La intervención queda por el momento en este punto, pero con el resto del parque condicionado por la segunda fase. No hay presupuesto todavía aprobado, pese a que se avanza que rondará el millón de euros, ni se ha licitado el proyecto, como reconoció en su última visita, hace apenas 15 días, el alcalde, José Antonio Diez. El plan debe abarcar las oficinas, el aula de clase y la cafetería, además de la renovación de otras dependencias. Entre ellas, se actuará en el gimnasio, lleno de suciedad y materiales acumulados desde que las primeras labores empezaron por vaciar el almacén, donde se colocó la zona limpia, para trasladar todo el material disponible, pese a que la mitad se considera ya inservible. Al menos con las siguientes obras no se prevé traslado.