La sentencia considera que el Ayuntamiento «obró de mala fe» al conceder los permisos VILLAQUILAMBRE
El juzgado anula la licencia de apertura a una fábrica de morcillas
El juzgado de lo contencioso de León ha dictado una sentencia que anula la licencia de actividad concedida por el Ayuntamiento de Villaquilambr
El juzgado dictó sentencia contra una licencia concedida por el Ayuntamiento de Villaquilambre
El fallo judicial que es favorable al vecino que recurrió la licencia de actividad concedida por el Ayuntamiento de Villaquilambre a una fábrica de morcillas, deja sin efecto la licencia de apertura de la industria y obliga al consistorio a comprobar si la instalación cumple con las medidas correctoras impuestas en el dictamen favorable de la comisión provincial de actividades clasificadas a la concesión de licencia de actividad. Los vecinos de Villaobispo manifestaron hace más de dos años su malestar por la ubicación de esta industria, por considerar que causaría malos olores y problemas de insalubridad en los colectores. Francisco Javier Morales Torres interpuso recurso contencioso contra la licencia de actividad que el Ayuntamiento de Villaquilambre concedió a la instalación. El propietario de la empresa solicitó en mayo del 98 la licencia de actividad para instalar la fábrica en la carretera del Portillín, en Villaobispo. Un año después, se dicta un decreto por parte de la Alcaldía que resuelve conceder licencia provisional de obra y actividad, debido al retraso de la tramitación del expediente sin el informe de la comisión provincial de actividades clasificadas; esta lo emite en junio de 1999, con condiciones expresas sobre el cumplimiento de medidas correctoras. Tres meses después, por Decreto de la Alcaldía, y resolviendo sobre las pretensiones ejercitadas del vecino que interpuso el recurso para denunciar la instalación de la fábrica, se acuerda dar carácter definitivo a la licencia provisional de actividad y obra. La licencia de apertura se decide por parte del Ayuntamiento de Villaquilambre en octubre del años 2000 para la fábrica de morcillas que ya tenía la calificación de actividad molesta, por ruidos y olores, nociva e insalubre, en la carretera del Portillín. Aunque en el decreto se indica que hubo un informe de comprobación de medidas, la sentencia matiza que éste no existió en absoluto. E impone las costas del proceso al Ayuntamiento «por conceder licencia sin los requisitos precisos».