Incompatible con la circulación de trenes y muy caro en superficie
Devolver el agua por una tubería por el interior de los túneles es incompatible con la circulación ferroviaria; y devolver la fuga por superficie es demasiado caro, resume el Ministerio de Transportes frente a las responsabilidades de los daños que ha ocasionado con la obra de Adif en la Variante.
La paradoja de este pleito, el Estado contra el Estado, anticipa un momento que no va sorprender en León, donde ya es costumbre salir mal parado de cada envite con las administraciones. El Ministerio de Transportes, que tutela a Adif, frente al de Medio Ambiente o Transición Ecológica, que dispuso las correcciones que la declaración de impacto ambiental se pasó por alto hace veinte años, dilatará cualquier proceso administrativo lo suficiente para aletargar la solución; el calendario ya hace inevitable que el tren pase por el túnel antes de que Adif cumpla con el cometido de devolver al agua que lleva a Asturias por el medio centenar de kilómetros de galerías que abrió a cuenta d e la alta velocidad.
Pasa el tren y no vuelve el agua, sin que esta secuencia haya motivado la más mínima reacción entre la clase política leonesa; los afines al Gobierno o los del flanco opositor se mantienen al margen del devenir de este pulso en el que la provincia leonesa se prepara para recibir un nuevo revés.
Sin solución
La efeméride del paso del tren antes de que el agua retorne a León ya parece inevitable
Como en otros escenarios salpicados de polémica entre el tren y el territorio por el que se abre paso, como en el soterramiento que se niega a Trobajo, pesa más la urgencia y el interés político de llevar el tren a Campomanes que el daño que le va a causar la operación a León.
Las cifras de la hemorragia de agua en León se han cronificado en los últimos años como ejemplo de la embestida estatal: la cantidad perdida cada año que deja de manar en la cuenca leonesa y cae en torrente y cascada hacia Asturias, al hilo del desnivel de la vía, equivale a un tercio del embalse de Casares, iguala la cuantía que hace falta para abastecer una ciudad como Oviedo . León esperó seis años por una corrección ambiental que ahora el Gobierno se niega a cumplir.