Diario de León

Othman El Gnaouia, el terrorista del 11-M condenado a 42.922 años que está preso en León

Está interno en el Centro Penintenciario de Villahierro. Transportó a Madrid los explosivos y guardó en su casa las trece bombas

El Gnaoui, a la derecha, durante el juicio. JUANJO MARTÍN

El Gnaoui, a la derecha, durante el juicio. JUANJO MARTÍN

León

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Othman El Gnaoui, condenado por la Audiencia Nacional a 42.922 años de prisión por su participación en los atentados del 11-M, permanece recluído desde 2019 en el Centro Penitenciario Provincial de Villahierro, donde deberá permanecer hasta el 19 de marzo de 2044, cuando finalizan los 40 años de cárcel que como máximo puede cumplir, de acuerdo a la legislación vigente.

El Supremo le hizo responsable de los asesinatos y de los heridos al entender que su colaboración fue necesaria para hacer efectiva la masacre. Participó en el traslado de los explosivos desde Asturias (sacados de una mina de carbón) hasta una casa en Morata de Tajuña. Él mismo la acondicionó para preparar y guardar las trece bombas utilizadas en los atentados. Durante el juicio negó todas las acusaciones y aseguró que hizo la obra de la casa de Morata porque uno de los ideólogos de los atentados, Jamal Ahmidan, alias ‘El Chino’ (inmolado días después en un piso de Leganés) le contrató para ello.

Albañil marroquí, inicialmente fue el sentenciado con la mayor pena. El Supremo le rebajó dos años de prisión al no considerarlo culpable de falsedad documental. Procede del Centro Penitenciario de A Lama, en Pontevedra, de donde se le trasladó a León el pasado jueves.

El Gnaoui fue considerado autor de los atentados porque su ADN fue hallado en una sudadera de uno de los terroristas. La tercera condena más abultada recayó en el exminero José Emilio Suárez Trashorras, que fue condenado a 34.715 años por sustraer los explosivos y suministrarlos a la célula. Estaba en contacto con él. El exminero se encuentra en segundo grado penitenciario, aunque no se ha beneficiado de permisos pero sí acogido a la denominada ‘Vía Nanclares’ participando en encuentros con víctimas del terrorismo. Además, Suárez Trashorras se han convertido a la iglesia evangelista.

El nombre más significado del 11-M es Rafá Zouhier condenado a diez años por tráfico de explosivos ya que la Audiencia Nacional lo consideró el enlace intermediario entre los terroristas y Trashorras.

Una vez que se puesto en libertad fue expulsado a Marruecos. No obstante, contrajo matrimonio con una mujer española para permanecer en España. No lo consiguió.

192 personas fueron asesinadas en los atentados perpetrados el 11 de marzo de 2004 por una célula de terroristas de Al Qaeda: 34 perecieron en el tren que explotó en la estación de Atocha; 63 en el que lo hizo frente a la calle Téllez; 65 en el de la estación de El Pozo; 14 en el que estaba en la estación de Santa Eugenia y 16 en diferentes hospitales, la última en 2014 tras permanecer en coma diez años.

Quince años después de los atentados permanecen en prisión por distintos delitos los condenados por el Tribunal Supremo Hassal el Haski, Fouad el Morabit, Saed el Harrak, Mohamed Bouharrat, Youssef Belhadj, Rachid Aglif, Abdelmajid Bouchar y Hamid Ahmidan todos ellos en régimen de primer grado –sin permisos- excepto Bouharrat –en prisión desde el 21 de mayo de 2004-que ya ha accedido al segundo grado penitenciario aunque tampoco goza de ningún tipo de permisos.

Implicación

La implicación de dos de los terroristas clave del 11-M -un autor material y el ideólogo de la matanza- en una red del Estado Islámico destinada a captar en prisión a reclusos comunes no sorprendió a los servicios antiterroristas recientemente, pero sí que encendió, todavía más si cabe, todas las alarmas, tras constatar la «tremenda ascendencia» que los reclusos de la masacre de los trenes, a pesar de provenir de la vieja Al Qaida, todavía tenían sobre presos comunes que eran menos que adolescentes cuando se produjeron los atentados de Madrid. Según los informes policiales, hasta 25 internos habían caído en las redes de la trama a la que pertencían Zougam y El Haski, basada en contactos físicos y cartas. La sombra y la influencia de los terroristas del 11-M, hace solo cinco meses, se seguía extendiendo por 17 cárceles de toda España: Las Palmas II, Teixeiro, Estremera, Villena, Algeciras, El Puerto de Santamaría III, Ocaña I, Zuera, Villahierro, Soto del Real, Huelva, Murcia II, Mallorca, Valencia, Albolote, Córdoba y Villabona.

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