La inversión de Adif en Orense y Medina aleja de León el eje de mercancías del Noroeste
Los 33 millones de euros para la vía convencional del tren entre ambas localidades asienta
las perspectivas de Zamora
Editorial: León se enfrenta a una encrucijada.
Vías del tren a la altura de Brañuelas. ARCHIVO
En Zamora se celebra el cambio del rol por lo relevante del movimiento. La inversión de Adif de 33 millones de euros en la vía convencional del tren entre Medina del Campo (Valladolid) y Orense abre de lleno las perspectivas para otorgar a Zamora el corredor principal de mercancías del noroeste.
La decisión tiene un reverso, que afecta de lleno a la perspectiva que mantenía la provincia leonesa de sujetarse como paso de referencia en el tráfico ferroviario de mercantes hacia Galicia, tal y como se reiteró de forma machacona por parte de algunas autoridades cada vez que hicieron referencia en los últimos años a la configuración estructural de la extensión del ramal noroeste del Corredor Atlántico. Lo que acerca Zamora a ese liderazgo también sirve para bajar a León del pedestal ferroviario en el que se distinguió a lo largo del siglo pasado como cruce de caminos, filtro territorial para las comunicaciones periféricas, y referente con el que alimentar una revolución económica en el futuro inspirada en la logística y en la intermodalidad. Si la inversión de Adif en la vía de Orense al centro de Castilla acerca a Zamora a liderar la confluencia de mercancías, León está a 33 millones de euros de perder su posición.
La intervención programada por la vía convencional desde Medina del Campo a Orense ofrece cotas de lucidez de las que carece el plan para mejorar la vía convencional de León a Ponferrada, atascada en trámites administrativos como estudios previos que vienen a repetir y solapar la secuencia de hace diez años; la intervención en el Manzanal está tan verde, que se pierde en planes de crear apartaderos para trenes de setecientos cincuenta metros a mitad de la rampa mientras se alienta la construcción de una variante.
Entre Medina del Campo, Zamora y Orense se definen con más nitidez los puntos a atacar: las obras suponen reformar el sistema de suministro eléctrico, y el despliegue de fibra óptica, como elementos esenciales para derribar la competencia con la vía de León en la frecuencia de tráfico ferroviario entre Galicia y el centro peninsular.
La actualización de soporte en la vía que se prepara para convertir a Zamora en puerta de las mercancías del noroeste, igual que lo es en tráfico de viajeros, por la elección que dejó la conexión León-Astorga-Ponferrada sin la alta velocidad permitirá la instalación de comunicaciones por radio GSM-R y alimentar la red con los 3.000 voltios , según destaca en una información el periódico La Opinión de Zamora.
Los casi 340 kilómetros de la línea entre Medina del Campo y Orense van a resucitar a partir de una división de subtramos; el primero, de 90 kilómetros hasta la capital zamorana; otro de un centenar hasta Puebla de Sanabria; el tercero, de 130, hasta Taboadela; y el último, de 15 kilómetros, a la ciudad termal.
La inyección de 33 millones de euros anula la ventaja estructural de la vía por la provincia de León, en clara desventaja por contar con una extensión de hasta 150 kilómetros más para alcanzar el empalme de Venta de Baños (Palencia).
Los 33 millones de euros que invierte Adif entre Medina del Campo y Orense van a reforzar aún más el triángulo del emporio ferroviario que se levanta en la provincia de Valladolid, entre la U de Olmedo y las variantes de mercancías y plataformas en la capital castellana; para estas intervenciones ha comenzado a fluir inversión, que se acercará a los 300 millones de euros. La velocidad de crucero que toma la inversión en los enlaces ferroviarios en el centro de Castilla contrasta con la parsimonia que se aplica a la mejora estructural de León; trabada por un estudio de la vía al oeste de Astorga que tardará meses aún en resolverse. Zamora va a otra velocidad por la convencional de Medina.