Los afectados insisten en que los incidentes no son «accidentales, sino constantes» cada fin de semana
Vecinos y hosteleros alertan hace meses de la creciente inseguridad en el Barrio Húmedo de León
Habitantes y titulares de bares reclaman un plan policial especial para atajar las peleas y robos nocturnos. Los afectados insisten en que los incidentes no son «accidentales, sino constantes» cada fin de semana

No son casos puntuales. Ni los incidentes se vinculan sólo con las épocas de fiestas señaladas. El problema de inseguridad en el casco histórico se arrastra desde hace mucho meses. No hay fin de semana que se salde sin una pelea, un robo con intimidación, un trapicheo de drogas, ni que la centralita se libre de tener que atender las llamadas de auxilio por problemas de orden público. Sobre todo en el Húmedo, donde se acumulan más de un centenar de bares y restaurantes, además de 70 establecimientos de ocio nocturno, el parte desborda ejemplos de la creciente peligrosidad sin que se actúe para atajarlo.
El suceso en la madrugada del sábado al domingo, en el que un joven salvó la vida después de que le apuñalaran con un cuchillo para robarle, sin que mediara pelea ni contacto alguno con los tres agresores, pone el foco en una alerta que hace meses que han dado los vecinos, cansados de denunciar el «vandalismo y la sensación de vivir en una zona sin ley». Pero no están solos en la reivindicación de que se aumente la vigilancia policial con un plan específico que aúne los recursos de las policías Local y Nacional. Los propios hosteleros reclamado ya al Ayuntamiento de León y la Subdelegación de Gobierno, en sendas reuniones el pasado verano, que tomen medidas para restablecer una situación descontrolada por completo en la que sus porteros, muchas noches, se ven obligados a enfrentarse a grupos conflictivos y mediar en las peleas que se acumulan en el interior, pero también en la vía pública, convertida en campo libre para los macrobotellones en fiestas que toman plazas como la de San Martín, Don Gutierre o el Grano.
Lejos de normalizar los incidentes, de defender un discurso en el que se asocie como inevitables las peleas, los hurtos y robos con el ocio nocturno, los hosteleros y los vecinos exigen que se aumente la presencia policial en las calles del casco histórico para acabar con la inseguridad que condiciona su convivencia y sus negocios. Los dos colectivos se unen en la reivindicación para la que no les sirve que se exhiban los coches policiales en las calles principales, como en la Ancha. Los afectados reclaman más patrullas a pie, incluidas las de paisano que siempre formaron parte del operativo de la Policía Local y desde hace un tiempo se han eliminado, como admiten los propios agentes, quienes defienden este sistema que les permite actuar con mayor discreción.
Todos los colectivos implicados coinciden en que «hay un desbordamiento de la situación». Los vecinos del casco histórico denuncian el «desbarre absoluto» en el que vive el barrio y que «ha aumentado después el covid, sobre todo a partir de 2022». «Los altercados son todos los fines de semana. Tenemos vídeos de peleas guardados para regalar porque no son accidentales, sino constantes», recalcan desde el colectivo León Típico, que insiste en la necesidad de un plan especial en el que se coordinen las policías Local y Nacional.
La colaboración remite a los años en los que funcionaba la sala conjunta. El operativo nocturno estuvo operativo desde 2008 hasta 2017, cuando se anuló con el argumento de la entrada del sistema Séneca, pero que en realidad escondía la falta de relación entre los mandos que entonces estaban en cada uno de los cuerpos de seguridad.
No hay esta falta de sintonía ahora, pero no se ha vuelto atrás. Cada uno por su lado, atienden los requerimientos que entran a través del 112. La Policía Local mantiene por las noches del fin de semana a cuatro patrullas de la Brigada Especial, a las que se suma una de Tráfico y otra más hasta las 02.00 horas. A la par, la Nacional funciona con tres patrullas, por encima de las cuales se pone en la calle, en fechas señaladas como esta Semana Santa, refuerzos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR). Pero con todo, la inseguridad crece.