| Reportaje | Ocho días y siete noches |
Un crucero sobre raíles
Gastronomía, paisajes y monumentos conforman la oferta de un viaje que inició su andadura por la ruta del antiguo Hullero y que ahora recorre la cornisa cantábrica
El Transcantábrico ha mejorado este año sus instalaciones
La vía estrecha serpentea por tierras de León y Castilla hasta alcanzar la capital vizcaína, donde inicia un camino que dibuja la cornisa cantábrica entre Bilbao y Ferrol. Es el recorrido que cada sábado, de mayo a octubre, arranca de León y llega ocho días después a Santiago de Compostela (desde el 2000 un tren gemelo hace el recorrido opuesto, para cruzarse en Llanes). Un trayecto a bordo de un tren de lujo inspirado en las leyendas del Orient Express y el Transiberiano, cuyo encanto es «fruto de una combinación de paisaje, cultura y gastronomía». Es precisamente la anchura de la vía estrecha (un metro) la que provoca un caprichoso trazado desde el que se aprecia un espectacular entorno desde un punto de vista privilegiado. Una perspectiva que hace 22 años animó a un grupo de emprendedores a iniciar la arriesgada iniciativa de poner en marcha un tren turístico por los raíles que históricamente habían conducido el carbón. El viaje inaugural se realizó en 1983 entre La Robla-Cistierna-León; para iniciar después el primer trayecto completo entre León y Santiago de Compostela. Un itinerario que se mantendría hasta 1991, cuando el cierre de la línea de vía estrecha en Castilla y León limitó el viaje al tramo entre San Sebastián y Santiago. Un nuevo hito Fue en el 2003 cuando el ya veterano tren turístico recuperó su trazo inicial, después de que la Junta y Feve realizaran las necesarias inversiones. Desde entonces medio centenar de turistas parten cada sábado de León después de conocer a fondo los principales atractivos monumentales y gastronómicos de la ciudad, para iniciar un camino que concluye ocho días después en Santiago. Y cada sábado otro medio centenar de viajeros llegan a León después de ocho días de recorrido por las tierras de Galicia, Asturias, País Vasco y Castilla y León desde una perspectiva totalmente novedosa. El perfil de los viajeros del Transcantábrico es de profesionales liberales, ejecutivos y empresarios de alrededor de 40 años, «personas habituadas a viajar que quieren conocer de una forma relajada y divertida el Norte de España». Entre los turistas nacionales la procedencia es sobre todo de Cataluña, Valencia y Madrid; mientras que los viajeros extranjeros son fundamentalmente estadounidenses, británicos, australianos y ciudadanos de los países nórdicos. Un viaje que realizan a bordo de un tren que cuenta con 26 compartimentos equipados con cama de matrimonio o literas, maletero, minibar, caja fuerte, armario, escritorio y teléfono, baño con hidrosauna y turbomasaje, aire acondicionado, hilo musical, suelos de moqueta, un amplio ventanal,... Un espacio diseñado para el descanso, que se cuida ya que cada noche el tren «duerme» parado en una estación. Los espacios comunes incluyen cuatro coches salones, con un diseño cuidado que permite desayunar, disfrutar de bar y coche pub, charlar,...