Amenaza sin la esperanza del teléfono rojo

El nuevo escenario mundial de dependencia de las materias primas y de desigualdad entre países, acentuado por las migraciones, ha convertido al fanatismo religioso en una debilidad de las sociedades actuales. «Hoy de nuevo surge la amenaza nuclear, pero sin la esperanza del teléfono rojo», explicó ayer Regino Moranchel, consejero delegado de Indra, durante la conferencia inaugural del foro de seguridad. Moranchel indicó que los ciudadanos reclaman una percepción de mayor seguridad, ya que en la práctica los mecanismos de defensa actuales son «claramente ineficaces» ante las nuevas amenazas. Entre los nuevos retos en materia de seguridad tras los atentados islamistas el experto señaló la necesidad de evitar los ataques y reducir la vulnerabilidad, pero sobre todo de mitigar los efectos de los ataques y controlar las emergencias en el caso de que se produzcan. «Los buenos tenemos más medios y más voluntad para hacer de la tecnología un elemento clave en esta guerra», concluyó.