Una de cada cinco familias vive por debajo del umbral de la pobreza

En una década, el índice de pobreza en León ha aumentado en más de dos puntos. Este incremento significa que, hoy en día, una de cada cinco familias leonesas están ya por debajo del umbral de la pobreza, una línea que se sitúa en alrededor de 600 euros mensuales establecidos como Salario Mínimo Interprofesional. La pobreza en León está vinculada a la soledad y por eso se concentra entre los mayores de 65 años, en las zonas urbanas y, de un modo alarmante, en los niños. El último estudio realizado por la organización diocesana sobre la situación económica de los leoneses data de 1998 y desde entonces la situación se ha agravado, «aunque menos que en España», explican los responsables de la organización. Los barrios más cercanos al centro de la capital son el eje de la pobreza que en los últimos años está, además, cambiando de cara. Camas calientes y pisos patera No es infrecuente hallar en León pisos patera (donde se hacinan decenas de inmigrantes) o viviendas de camas calientes (donde ocupan lecho por hora hasta 32 personas). Son magrebíes, en su mayoría, que acuden a León llamados por la celeridad en los trámites de la documentación de extranjería y en la «buena acogida que los leoneses dan a los recién llegados». Trabajan en el sector servicios, con sueldos mínimos y sin cualificación pero cuentan con las suficientes posibilidades como para poder subsistir en los primeros meses de su llegada. Pero la pobreza tienen más caras y a esos ancianos no atendidos (León es la tercera o cuarta ciudad de Europa por población mayor) se están uniendo ahora los niños. «Es lo que se denomina la pobreza de la desatención. Aumentan las familias monoparentales o aquellas en las que trabajan los dos progenitores y los pequeños están solos y desprotegidos», explicó Vicente Guillán, responsable de análisis de programas de Cáritas. Y una tercera faz de la necesidad. «Cada vez recibimos más peticiones de ayuda para pagar la hipoteca», precisaron. Hacia esas personas sin recursos va encaminada toda la acción de Cáritas que ayer, en una rueda de prensa, dio a conocer sus programas de ayuda que el pasado año llegaron a más de 20.000 personas. «Cáritas es algo más que una Organización No Gubernamental», precisó el obispo de León, Julián López. «Forma la conciencia de los fieles y realiza la acción abierta a la sociedad, con muchos colaboradores que no son, en muchos casos, practicantes, y gracias a la colaboración de otros estamentos públicos». Con ayudas institucionales y, sobre todo, con la colaboración de más de 140 voluntarios, la organización diocesana manejó el pasado año más de 500.000 euros de presupuesto que permitieron desarrollar programas de inserción laboral, atención a toxicómanos, ludotecas o programas de ropero, con más de 11.000 beneficiarios.