Telefonía móvil, tintorerías y mecánica son los sectores que más quejas reciben

«Los métodos de control e inspección han quedado anclados en el pasado y el reto de la Junta de Castilla y León es reforzarlos y adaptarlos a las nuevas necesidades». Con estas palabras comenzó el director general de la Agencia de Protección Civil y Consumo de Castilla y León, Luis Aznar, la jornada de trabajo para personas mayores celebrada ayer en el Hostal de San Marcos de León con el título genérico «Para mayor seguridad, para mayor bienestar». Aznar aseguró que la aparición de nuevos productos de consumo en la sociedad actual, como Internet, telefonía móvil, bajo coste y electrónica, han modificado los mecanismos de defensa de los usuarios que resultan especialmente complicados para las personas mayores. Destacó que los sectores de León que más quejas reciben son los relacionados con la telefonía móvil, tintorerías, mecánica de automóviles y construcción, «tenemos que darle a las personas de más edad las claves para que puedan ejercer sus derechos frente a los nuevos mercados más agresivos»-dijo- «para que el consumidor conozca sus derechos», a dos días de que se celebre el Día Mundial del Consumidor. En la jornada, en la participaron representantes de las asociaciones de consumidores de León y de otras provincias de la comunidad, se expusieron los nuevos retos de defensa frente a los fraudes y deficiencias detectados en sectores como juguetes, electrodomésticos, alimentos, telefonía, servicios financieros y contratación de viajes. La inspectora de Consumo de la Junta, Nuria Alonso Mateos, alertó de los juguetes y los productos industriales defectuosos. De las 2.225 alertas de productos industriales durante el 2007, 671 fueron por juguetes defectuosos, «el juguete es el producto industrial más alertado en España», adelantó Alonso que considera prácticamente imposible controlar todas las fronteras para evitar la entrada de productos procedentes de países asiáticos con escasas garantías de consumo. El 58% de los productos alertados durante el año 2007 son productos procedentes de países asiáticos, «la inspección de consumo recoge muchas muestras en establecimientos, sobre todo a minoristas, se llevan a laboratorios acreditados para que se analicen y si están mal se incluyen en la red de alertas. A veces son los propios productores los que alertan a las autoridades sanitarias». Etiquetado Los etiquetados de los congelados no envasados son los que más inspecciones soportan. Los productos a granel incumplen en ocasiones la obligación de informar correctamente al consumidor. El mayor fraude se produce en la cuantificación del glaseado -el líquido de cobertura de los congelados. La ley obliga a informar al consumidor cuando este líquido es superior a un 5%, pero no siempre se cumplo, «hemos detectado alimentos hasta con un 40% de glaseado y no se informa al consumidor». El otro gran fraude de los congelados no envasados anunciar que se vender un producto cuando en realidad el contenido es otro, «muchas personas creen que compran lenguado y en realidad están comiendo fletán. Cuando se detectan estos fraudes se abren expedientes sancionadores». Los contratos con las agencias de viajes, con ausencia de facturas, y la necesidad de leer la letra pequeña en la financiación de los productos de ventas a domicilio, las excesivas tarifas y las reclamaciones a los bancos fueron parte de los asuntos a los que la jornada de trabajo dedicó una especial atención.