Diario de León

Otra familia que ya abandonó Alija denuncia ahora el rechazo vecinal

Luisa Martín afirma haber perdido al bebé del que se encontraba embarazada por la tensión sufrida por diversas causas mientras residió seis meses en la localidad

La familia fue alojada en la antigua sede del museo Benigno Eiriz, en imagen de archivo.

La familia fue alojada en la antigua sede del museo Benigno Eiriz, en imagen de archivo.

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maite almanza | la bañeza
León

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La familia de nueve miembros que en enero de este año abandonó Alija del Infantado, tras haberse acogido al plan municipal de repoblación, denunció ayer haber sido también víctima del rechazo vecinal de, al menos, parte de los habitantes de la localidad. Luisa Martín Lairana, madre de siete hijos, corroboró la versión facilitada por J.J.V., miembro de otra familia que ha denunciado haber sido víctima de una agresión y frecuentes insultos. «Es verdad lo que dicen. Nosotros nos tuvimos que ir por las mismas circunstancias, pero no dijimos nada», señaló Martín.

«La gente nos decía que nos fuéramos, que el pueblo no era para nosotros, y que por qué habíamos venido desde tan lejos», indicó la afectada. «Claro que hay xenofobia. Entrábamos a un bar y se nos quedaban mirando de una manera... Era tal la situación que no hablábamos con nadie para no provocar enfrentamientos», señaló también.

Martín admitió que ni ella ni su familia sufrieron agresiones ni insultos: «Porque nos fuimos antes», matizó. Sin embargo, aclaró: «En el foro que había en internet sobre Alija me ponían verde por tener tantos hijos, y me decían que si no los podía mantener para qué los tenía». La mujer criticó también lo que consideró eran malas condiciones de la vivienda facilitada por el Ayuntamiento y falta de respaldo de éste. «La casa tenía una humedad tan grande que mi hija pequeña tiene bronquitis aguda desde que nos marchamos», dijo. Martín aseguró también haber perdido un bebé del que se encontraba embarazada: «Yo me estresaba, porque vivíamos en una casa pequeña nueve personas, todos muy juntos», dijo.

«Suicidarse». «No nos alquilaban casas para mudarnos, ni locales para poner un negocio», apuntó la afectada, que añadió: «Mi marido quiso hasta suicidarse porque le entró una depresión». La mujer explicó que la familia decidió mudarse a Alija, pese a que el matrimonio tenía sendos trabajos fijos en Madrid, ante las ventajas del plan de repoblación que anunciaba el Ayuntamiento. Sin embargo, según precisó, dichas ventajas no llegaron a materializarse: «Antes de irnos nos dijeron que tendríamos comida, colegio, agua o libros gratis, pero después todo fueron trabas». La afectada no descartó denunciar esta situación en el futuro, aunque no lo haya hecho hasta ahora. «Si tengo que denunciar no me voy a callar. He perdido lo único que quería, mi bebé, que ahora tendría cinco meses, y he llorado mucho». «Yo al principio no quería decir nada, y dejar el asunto atrás, pero he perdido mucho ahí», añadió.

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