El incendio de Fabero que quemó 2.620 hectáreas, el más desastroso del verano

1.139 incendios forestales, un 31% ciento menos que en 2015, con un 53% de ellos intencionados, y un descenso de la superficie arbolada quemada del 56%, hasta las 1.766 hectáreas, es el balance de los fuegos registrados en Castilla y León según ha detallado hoy el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones.

En su comparecencia a petición propia en la comisión de Medio Ambiente de las Cortes de Castilla y León, Suárez-Quiñones ha destacado que también ha descendido un 38 por ciento la superficie forestal quemada, hasta las 9.772 hectáreas, unos datos que "sin ser positivos", sí que reflejan un "descenso considerable" de la media del "último decenio".

Según ha explicado el consejero, la campaña continuará hasta el 31 de diciembre, pero la temporada de "alto riesgo de incendios" finalizó el pasado 30 de septiembre.

A su juicio, la temporada se ha caracterizado por sus "condiciones extremas", que han obligado a la consejería a incrementar el número de operativos en 106 efectivos más, hasta alcanzar los 4.235 profesionales.

El consejero ha destacado la "eficacia y rapidez" de los efectivos de lucha contra incendios, que han conseguido que el 70 por ciento de los fuegos se quedaran en "conatos", es decir, focos extinguidos antes de superar una hectárea de superficie afectada, cuando la media de los últimos diez años era del 60 por ciento.

En referencia al origen de los incendios, Suárez-Quiñones ha incidido en que un "alarmante número han sido intencionados", un total de 53 por ciento, mientras que el 24 por ciento fueron a causa de "accidentes" y tan solo el 7 por ciento a causa de rayos, por lo tanto, de esto se deduce que el 93 por ciento de los incendios "podrían haberse evitado", pues fueron causados por el hombre.

Sobre estos incendios provocados por la mano del hombre, Suárez-Quiñones se ha mostrado muy crítico y ha hecho un llamamiento a denunciar a "todo el que conozca a algún pirómano" que atente contra el bien patrimonial de la Comunidad, como así está recogido en su Estatuto de Autonomía.

La denuncia a los pirómanos ha centrado el debate de los grupos parlamentarios presentes en la comisión, que han pedido desde el endurecimiento del código penal hasta una mayor vigilancia de los montes con una mayor dotación presupuestaria o una mejora de las condiciones de los profesionales.

En este sentido de las denuncias que caen en "saco roto", el procurador de Ciudadanos Ignacio Delgado ha criticado que "más del 90 por ciento" de los pirómanos queden impunes, lo que, a su juicio, anima a los "cerillazos", ya que muchos de los delincuentes "no temen a las consecuencias de sus actos".

Asimismo, Delgado ha instado a la Consejería a aumentar el presupuesto designado a la lucha de extinción de incendios, ya que 3,3 millones de euros se antojan "insuficientes" para el "mal" que supone el fuego.

Desde el grupo Mixto, Mariano Santos (UPL) ha pedido al consejero invertir más dinero en la "prevención" de los incendios con diversas medidas, entre las que se incluya "la educación medioambiental" de los ciudadanos de Castilla y León, para que comprendan que el medio ambiente es "un bien esencial de todos".

En el mismo sentido se ha pronunciado el portavoz de Podemos en la comisión, Ricardo López, quien ha criticado que la Consejería se jacte de haber sumado 106 efectivos más para la extinción de incendios cuando en realidad se han reducido "23 agentes forestales", unos profesionales condenados por la "temporalidad, la rotación" y la "falta de inversión" fuera de la temporada estival.

Sobre la organización de la lucha contra los incendios, el procurador del PSOE José Luis Aceves ha criticado que la Comunidad parezca un "reino de Taifas", pues cada provincia se organiza de "forma diferente", lo que provoca una "desorganización" que puede "mejorarse".

Ante estas críticas de los diferentes grupos, el consejero ha reiterado que el compromiso de la Junta por la lucha de extinción y prevención de incendios es "máxima", pero ha insistido en que el objetivo es que los ciudadanos "amen" el medio ambiente, por lo tanto "no hace falta modificar el código penal", que ya es "suficientemente severo" con penas de "hasta 20 años".

Finalmente, en cuanto a los incendios más desastrosos de este verano, el consejero se ha referido al localizado en Bárcena de la Abadía y Fabero, en la provincia de León, que afectó a un total de 2.620 hectáreas forestales, de las cuales 815 eran arboladas, casi las "tres cuartas partes" de la superficie arbolada quemada en León, algo "absolutamente desastroso", ha concluido.