El Gobierno no ordenará cerrar las térmicas porque lo hará el mercado
El ministro cree que el consumo de carbón disminuirá por su coste económico y en emisiones.
Álvaro Nadal junto a Miguel Arias Cañete, ayer, en la cumbre climática de Marrakech. JAVIER OTAZU
m.r. | león
El consumo de carbón en España tiene los días contados, o al menos, así lo piensa el nuevo ministro de Energía, Álvaro Nadal, quien ayer en Marrakech desechó cerrar las centrales térmicas por decreto porque, a su juicio, las condiciones de mercado marcarán la disminución de la quema del mineral autóctono y, en consecuencia, el funcionamiento de las centrales. El ministro se pronunció así en la cumbre climática que se celebra en la ciudad marroquí con la presencia de más de veinte países. En la cita, los estados presentan sus estrategias para descarbonizar sus economías de cara a 2050, un horizonte que para Nadal supone también «el momento de avanzar en las energías renovables», cuyo desarrollo ha sufrido un parón en los últimos años.
El nuevo titular de Energía afirmó que no se contempla un cierre decretado de centrales térmicas porque «no es una obligación comunitaria» pero se mostró seguro de que van a disminuir porque «lo va a fijar el mercado». El ministro atribuyó las causas de este declive al precio del mineral y al mercado de compra de derechos de emisiones, que supone que las centrales deben pagar un canon por cada tonelada de CO2 que emiten a la atmósfera. «Lo que va a ocurrir es una menor utilización del carbón, pero eso lo va a fijar el mercado y el precio, ya que va a ser más costoso por la propia evolución de los derechos de CO2. Además todo el sector está en un proceso de reconversión», añadió.
Sobre la posibilidad de que España presente una estrategia de reducción de emisiones hasta 2050 (un mandato recogido en el Acuerdo de París), Nadal descartó que España lo vaya a hacer, como sí lo ha hecho Alemania, fuera del «paquete europeo».
En este sentido, recordó que España tiene que negociar todavía a nivel interno ciertas cuestiones, entre las que citó el objetivo nacional de renovables, el mercado de los derechos de emisión o el reparto de los sectores difusos, pero en todo caso puso la estrategia española dentro de la europea.
La Agencia Internacional de la Energía hizo público el pasado miércoles el informe ‘Perspectivas para la energía mundial 2016’, que anticipa que el combustible y las tecnologías de bajo carbono, principalmente renovables, representarán un 80 % del crecimiento de la oferta en el sector energético en los próximos 25 años.
Sin embargo, el estudio también recoge que, aunque los combustibles fósiles como el petróleo y el carbón crecerán relativamente menos, continuarán siendo clave para hacer frente a un aumento previsto del 30% de la demanda.