Diario de León

De la mano de Naturgy y Enagás

Comienzan a finales de mayo las obras de demolición de la central térmica de La Robla

Los trabajos, que serán realizados por una empresa vasca, se iniciarán desmontando uno de los edificios de oficinas

La térmica de La Robla, cuando estaba a pleno rendimiento en el año 2013. JESÚS F. SALVADORES

La térmica de La Robla, cuando estaba a pleno rendimiento en el año 2013. JESÚS F. SALVADORES

León

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La central térmica de La Robla dejará pronto de formar parte del paisaje de la montaña central leonesa.

A finales del próximo mes de mayo comenzarán los primeros trabajos para llevar a cabo la demolición de todo este conglomerado industrial que dará paso a la mayor planta de hidrógeno verde del país de la mano de las empresas Naturgy y Enagás.

Fuentes de Naturgy avanzaron que dentro de unas semanas, cuando se tengan todos los permisos, la empresa vasca Lezama Demoliciones comenzará con las obras para desmantelar este central, que se iniciarán desmontando uno de los edificios de oficinas con los que cuenta el complejo.

No será ya hasta el próximo año cuando se aborden las características torres de refrigeración.

Fue el pasado mes de julio cuando la mítica central apagó su actividad para siempre, después de 50 años de funcionamiento. Construida en 1970, la central llegó a emplear a 300 trabajadores en la época de mayor rendimiento.

El proyecto de desmantelamiento de la central presentado por Naturgy en junio de 2019 ante el Ministerio de Transición Ecológica opta por una «demolición selectiva», que permite rentabilizar en lo posible los materiales susceptibles de reciclaje y genera un menor impacto ambiental que el que produce una demolición convencional. Ambas opciones, consideradas por la empresa mejores para el entorno que el abandono sin más de las instalaciones actuales, que fue una de las opciones analizadas, con el consiguiente daño medioambiental que esta dejadez produciría.

El proyecto contempla una inversión de 12,9 millones de euros para hacer desaparecer las actuales instalaciones y dejar los terrenos adecuados medioambientalmente. Un presupuesto que centra el mayor coste (8,2 millones) en el desmantelamiento de las instalaciones, pero que contempla casi 3 millones en las actuaciones previas a la demolición y otros 1,3 millones en la gestión de los residuos generados, entre otros gastos necesarios.

El cierre de las centrales térmicas de carbón en España es un proceso desarrollado desde inicios de los años 2010 cuya finalidad es la clausura de todas las instalaciones termoeléctricas alimentadas con carbón en España.

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