Diario de León

CARTA TE ESCRIBO Martín Martínez

No quiero el folleto

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León

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Querido hermano: Pues no, no he ido al chapapote; ni para curiosear, como muchos, ni para recoger. Lo cierto es que uno no está para esos trotes, que los años no pasan en vano y el lumbago, los ataques reumáticos, artritis y artrosis acechan a los que hemos sobrepasado ciertos límites. Así que me conformo con seguirlo informativamente -mal informado en muchas ocasiones- y admirar el espíritu de ese montón de voluntarios que ha sacrificado sus vacaciones, fines de semana, incluso la familia, para echar una mano. Como a ellos, en la despedida de este año, te deseo un buen 2003 que va a nacer. Desgraciadamente, también sigo el chapapote de los zampatortas políticos que nos están ofreciendo un espectáculo, de remate de año, que no veas. Yo creo que la proximidad de las elecciones los ha puesto, a todos, en el disparadero, y son capaces de subirse al trapecio circense para demostrar su pericia y sus habilidades. En Astorga, dentro del PP, ya se armó el cisco y hubo la primera dimisión de la ejecutiva local. Se veía venir; pero de eso tiempo hay. El «prestigio» de los gobernantes ha quedado embetunado por el fuel, y el de la oposición pringado, aunque la rentabilidad de uno y otro haya ido por diferentes cloacas. En verdad que no sé como huele el fuel, pero el hedor que están despidiendo nuestros políticos es insoportable. Y para más inri, acaso para desprestigiarse más, dicen que don Aznar enviará a cada hogar español un folleto en el que espera explicar lo imposible, lo inexplicable; que en el tal folleto destacarán y explicarán los «grandes esfuerzos» que el Gobierno ha puesto en ese barco y, por supuesto, le meterán un estoque y banderillas de fuego a Zapatero y compañía, por no haber colaborado. Es de suponer que el mentado folleto será algo así como la felicitación para 2003, en la que se nos dirá que son los más guapos, los más altos, los más rubios, los que nos llevan de excursión como las jesuitinas, y quienes se llevaron un barco cargado de mierda al medio de la mar oceána; que para chulos ellos. Mientras tanto, ingenuo de mí, pregunto quien pagará ese folleto explicativo; por lo cual y de paso, envío mensaje a don Aznar; no quiero el folleto, ahórrese algo, que no lo necesito. Como es bueno, sano y conveniente un mensaje navideño para doña Charo Velasco, allá en las ponferradas del Sil. Aunque ponga a parir a Otero y otros cuantos más, para lo cual tiene toda la razón, mejor se había quedado muda; pero su incontinencia verbal la pierde y le afea esa bella cara de musa berciana, que me recuerda a la Carisia del Lago Carucedo. Va para ocho años, y aún más, que los de aquende del Manzanal nos quejábamos contra lo que iba a ser una autopista; la cual, todos sabemos, había sido concebida -con pecado original incluido- por los socialistas de Borrell. En el momento de la concepción, doña Charo y sus adláteres defendían, no exentos de vehemencia, la necesidad de construir una vía rápida, a base de peaje. Pero, he aquí que el parto se produce bajo el signo del PP, y los bercianos salvo raras excepciones aceptaron el cambalache, sin prestar oídos a las quejas de los maragatos. Quizás creían que el efecto Zapatero, digo el efecto gravoso, solamente afectaría a los astorganos y a cuatro pelados de las riberas del Tuerto y Órbigo. Así las cosas, venido Cascos con toda su parafernalia, se percatan que los bercianos sufrirán más castigo económico que los de esta banda del puerto. Y visto el horizonte electoral se percatan, también, que eso del peaje se puede rentabilizar en la hoya berciana, para la consecución de un puñado de votos. Es por lo cual doña Charo Velasco planta su esbelta figura, se alza como dama reivindicadora y solicita rebajas continuadas en el uso de la autopista, hasta llegar a la cuota cero. Se le agradece el número, aunque sea a destiempo, pero cuando haya algún pacto a la vista se caerá el sombrajo. La UPL es maestra en esos menesteres.

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