Diario de León

Santiago Rodríguez: «El tren de Feve y la tranquilidad es lo más positivo de Robles de la Valcueva»

Santiago Rodríguez Tascón y sus hijos Santiago y Amanda llegaron a Robles de la Valcueva desde Asturias hace tres años. Tras veinte años de andadura profesional en obras de autovías, hidráulicas y líneas de alta velocidad ferroviaria recala en una parada de cercanías de Feve.

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Robles de la Valcueva llegó a tener cerca de 900 habitantes a principios del siglo XXI. En dos décadas ha perdido el 31,15% de esta población y en el padrón de 2022 se cuentan un total de 588 habitantes: 292 hombres y 296 mujeres.

Parte de este vecindario son Santiago Rodríguez Tascón, su hijo Santiago y su hija Amanda. La familia se asentó en el pueblo en un singular viaje de vuelta a la tierra materna de este geólogo. «Mi madre era de Robles, aunque yo nací en Asturias porque ella se casó con un minero y se fueron a vivir allí en los años 70», comenta.

Nunca había vivido en la casa familiar que conservaron, muy cerca de la plaza principal en la que se erige el monumento al rebeco. «Me quedé sin trabajo y me salió la oportunidad de convertirme en autónomo y el poco coste de la vivienda fue un aliciente para instalarnos aquí», explica.

FERNANDO OTERO

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Santiago Rodríguez, viudo desde hace nueve años, teletrabaja como asesor de su especialidad para una empresa y es consultor de campo para otra a través de su consultora Geotecnifica. Sus hijos Santiago, de 14 años, y Amanda, de 12, estudian la ESO en el instituto de La Robla. 

Después de veinte años como profesional en su sector que le ha llevado a residir en Burgos, Valencia y Gijón y en el que ha tenido experiencia en la construcción de autovías, obras hidráulicas y líneas de alta velocidad ferroviaria, destaca las ventajas de haberse convertido en autónomo, sobre todo por sus circunstancias personales para compatibilizar el trabajo con la crianza de los hijos. «No tengo un horario de oficina. El horario te lo impones tú y haces una vida un poco más ajustada a tus necesidades», señala.

«Nací en Asturias y he trabajado en Burgos, Valencia y Gijón. Mi madre emigró de Robles de la Valcueva en los años 70 y el ahorro en vivienda, al usar la casa familiar, me animó a venir aquí con mis hijos»

Los adolescentes se han adaptado bien. Para ir al instituto tienen el transporte escolar, pero para las actividades extraescolares el padre se tiene que organizar para llevarlos en el coche. «No hay conexión de ninguna clase con La Robla», lamenta. Los adolescentes están en una edad en la que relacionarse con otros chicos y chicas de su edad es importante y la falta de transporte es una limitación, que suba con la flexibilidad horaria del padre.

Salvo este inconveniente y los viajes que está obligado a hacer para trabajos de campo, como el que desarrolla ahora en la línea férrea de Ponferrada a León, este nuevo vecino de Robles de la Valcueva destaca también aspectos positivos.

«La alta velocidad es maravillosa para poder desplazarse a grandes distancias, pero hay que fomentar la vida rural y ese papel corresponde no es el del Ave, sino de líneas de cercanías como la de Feve»

«Es cierto que estamos bastante limitados en varios sectores, pero entre las ventajas diría que no estamos tan desubicados. Una de las cosas positivas es que Robles de la Valcueva todavía tiene las cercanías de Feve, algo que está bien si necesitas coger el Alvia en León o simplemente ir a León», señala. Por su trabajo conoce muchas líneas ferroviarias de interior abandonadas, como la de Santander-Sagunto, que conectaba el norte con el Mediteráneo por Burgos, Soria y Aragón. «La alta velocidad es maravillosa para poder desplazarse a grandes distancias, pero hay que fomentar la vida rural y ese papel corresponde no es el del Ave, sino el de las líneas de cercanías que siguen en uso como esta de Feve», recalca. 

En lugar de la España vaciada, alega el geólogo, «deberíamos de hablar de la España sin servicios». Algo de lo que no se queja en la tierra materna a la que retornado con la intención de asentarse.

«La ventaja como autónomo es que no tengo un horario de oficina. El horario te lo impones tú y haces una vida un poco más ajustada a tus necesidades como llevar a mis hijos a La Robla a las extraescolares»

«Tenemos médico de continuo, farmacia y la tranquilidad del pueblo», subraya. Incluso para el teletrabajo tiene la posibilidad de usar el espacio de co-working que ha creado el Ayuntamiento de Matallana de Torío en el antiguo edificio de la casa consistorial, que también se usa como casa de cultura y biblioteca. «Voy poco porque teletrabajo y a veces hago 13-14 y 15 horas. Mis hijos me dicen que si no es ilegal», comenta. Pero cuando uno se organiza la jornada y paga su cuota de autónomo el Estado ni la inspección de trabajo se ocupa. Lo mismo que se estiran jornadas para cumplimentar un trabajo, tiene la ventaja de salir a cualquier hora para llevar a su hijo a las clases de refuerzo o a las actividades extraescolares. «Esta es una de las cosas más gratificantes aunque tenga la incertidumbre del día a día y no tenga la tranquilidad del salario asegurado a fin de mes», admite.

FERNANDO OTERO

FERNANDO OTERO

Los contactos que hizo en sus veinte años como profesional le abrieron la puerta a esta nueva situación laboral. Instalarse en un pueblo también le ofreció la ventaja de poder acogerse a las subvenciones de la Diputación para emprendedores en el medio rural. En 2021, gracias a las gestiones que facilitaron desde el Ayuntamiento de Matallana de Torío y el grupo de acción local Cuatro Valles, pudo acogerse a la bonificación del 90% de la cuota a la Seguridad Social durante dos años. «Lo dejé en manos de una gestoría y es muy bueno tener estos servicios cercanos y gratuitos», admite Santiago, que tiene ahora 45 años.

A su madre le dio una alegría que decidieran instalarse en la vivienda que ella dejó de atrás cuando se fue del pueblo en aquellos años en que la única alternativa era la minería del carbón, algo en común con otras cuencas leonesas y asturianas.

Santiago conocía el pueblo de visita y ha explorado el entorno como geólogo en su etapa de estudiante en la Universidad de Oviedo. «Geológicamente es una zona muy rica y estructuralmente es buena», subraya. Un recurso que ha sido estudiado por geólogos y estudiantes extranjeros, pero que aún no está suficientemente explorado en su vertiente turística, en opinión de este experto.

«Hay cuatro puntos de interés geológico pero no hay mucho publicado para fomentar las visitas y como una forma de crear riqueza», señala. El ámbito geológico de la Montaña Central Leonesa fue estudiado y definido por alemanes e ingleses. comenta. La Reserva de la Biosfera de Alto Bernesga, en la que está encuadrada, también hace mención a esta riqueza. «Los primeros turistas  y asiduos de la Montaña leonesa, fueron los geólogos y estudiantes de geología. Españoles, holandeses, franceses, alemanes, etc..», señala en su web.

El problema real
«En lugar de España vaciada deberíamos de hablar de la España sin servicios»

Santiago Rodríguez Tascón, que ahora está al frente de Geotecnifica, ha trabajado para diversas empresas de ámbito estatal e internacional en obras de edificación y carreteras, autopistas y autovías en Teruel, Cullera y Huesca para diversas administraciones públicas y a nivel internacional realizó trabajos para el tercer carril de la autopista Bogotá-Girardot, en Colombia. El geólogo astur-leonés realizó el estudio de inestabilidad de taludes y laderas. Este experto en ciencias de la tierra ha trabajado además en varias obras ferroviarias de Alta Velocidad sobre todo en el desarrollo desde ensayos sónicos en pantalla, inclinómetros, extensómetros, piezómetros cuerda vibrante y extensómetros de varillas. El trabajo que no se ve y que da seguridad a las obras. La experiencia que ahora ofrece desde Robles de la Valcueva la ha adquirido también en obras hidráulicas y puertos; trabajos geotécnicos en aeropuertos y obras variadas.

Rodríguez no descarta que en el futuro sus conocimientos sirvan para explorar la riqueza geológica en la Montaña Central Leonesa como recurso turístico.

Teletrabajo y a pie de campo 

FERNANDO OTERO

FERNANDO OTERO

Santiago Rodríguez Tascón, geólogo de 45 años, se ha instalado en Robles de la Valcueva, la tierra de origen de su madre, con su hijo y su hija adolescentes para emprender una nueva vida laboral como autónomo después de 20 años de experiencia.

Teletrabaja y viaja mucho para tareas de campo.

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