Diario de León

El cura de La Magdalena cuenta con la "plena confianza del Obispado"

José Riesco defiende que "todo fue un mal entendido", ya que varias personas quisieron hablar durante la homilía, algo solo permitido a los sacerdotes, y recuerda que la novia del fallecido dijo una palabras al final del funeral, que es cuando "se puede hacer" 

Los vecinos se concentraron este martes frente a la iglesia para exigir la expulsión del párroco. ICAL

Los vecinos se concentraron este martes frente a la iglesia para exigir la expulsión del párroco. ICAL

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El párroco de La Magdalena, José Riesco, cuenta con toda la confianza del Obispado de León que no llevará a cabo medida disciplinaria hacia el sacerdote, tal y como han pedido los vecinos de la localidad que recogen firmas para que sea cesado por un incidente que tuvieron con él en un funeral. Así lo han manifestado esta mañana fuentes del propio Obispado, que aseguran además que nunca "ni antes ni ahora" han recibido queja formal por parte de ningún vecino de la localidad sobre el párroco.

Según ha explicado el propio José Riesco, el incidente ocurrido en el funeral de un joven de la localidad fallecido en accidente de tráfico, y que ocasionó la queja entre los asistentes, se debió a "un mal entendido" y explica que ese día llegó llegó 30 minutos antes de la hora prevista para celebrar la misafFuneral y preparar todas las cosas, como hace habitualmente.

Al comenzar la homilía, el párroco, con el fin de empatizar con los familiares y amigos del difunto en un momento de especial sensibilidad por las circunstancias en las que había fallecido y su juventud, dijo textualmente que "esta es una de las ocasiones en las que uno no querría tener que predicar”.

Entonces varias personas se levantaron con la intención de hablar, pero el párroco les indicó que no era el momento para hacerlo. Hay que aclarar que la homilía debe hacerla el ministro ordenado según las normas litúrgicas.

Al final del funeral, y según el testimonio del párroco, la novia del difunto se acercó a un micrófono junto al altar mayor y dirigió a los asistentes las palabras que ella creyó oportunas durante el tiempo que quiso sin que el sacerdote, que permaneció junto al altar durante la alocución, se lo impidiera en ningún momento.

"Lamentamos el ruido mediático en torno a unos hechos sencillos de comprender tal y como hemos explicado sin ninguna intención de faltar el respeto a nadie, aseguran desde el Obispado, que reitera el pésame a la familia, novia y amigos del difunto "por quien elevamos nuestra plegaria cristiana esperanzada".

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