La caza del voto

Querido hermano: Se cerró la semana con la quema de la Piñata, ese anacrónico carnaval, que solamente puede darse en una ciudad episcopal como Astorga. El buen tiempo fue motivo para un éxito sin precedentes, demostrativo de la fuerte atracción de esta bimilenaria ciudad, así como las ganas de jarana de toda la provincia. Fue semana de premio para el Ayuntamiento de Villaobispo; sus gentes viajaron el miércoles a Silos, tierras de Fernán González y de aquel gran ladrón que fuera el duque de Lerma. Por el viaje, Joaquín,el alcalde, se quedó sin ceniza pero recibió el galardón con que las Cámaras de Comercio de Castilla y León premiaron el proyecto de recuperación y rehabilitación del Torreón de Pernía, en Otero. Ya solo faltan los euros que Luis Aznar prometió. Por su parte, los del Borrallo han vuelto a las Jornadas Gastronómicas, una forma feliz de dar a conocer las excelencias culinarias de estas tierras, en lo que están poniendo todo su entusiasmo. Y además, andan empeñados con los colegas de La Bañeza, del Órbigo, del Páramo, de las Tierras del Esla, y aun de Campos en sacar adelante una institución supracomarcal; y juntos, por la buena senda de fogones y perolas unificar criterios. Entre tanto, aquí nos tienes expectantes, a la par que pacientes, esperando la visita de la Doña. Vendrá, ya verás; tal vez no diga nada del polígono. Las que sí dirán mu son las vacas de La Cabrera; se implantó la veda; se les ha concedido un armisticio de tres meses. Entre tanto los ecologistas de asfalto se van a enterar que la leche del desayuno sale de la teta de la vaca, no del "tetra"; que las chuletas tan sabrosas, tan jugosas, tan ricas proceden de los cadriles de jatos y magüetas que pastan en los montes, que no se crían en los super, aunque también. Después del montaje mediático, los métodos a emplear para desaparecer las vacas cabreiresas se prodigan; algunos, creo que disimuladamente proponían que los ejércitos del Golfo y Turquía podían darse una pasada por Benuza como entreno, o mejor como sustitutivo de Irak. De todas las formas las vacas están mosqueadas; y cuando a una vaca le pica la mosca se puede armar la de San Quintín. Por lo que si razonaran, cosa que a veces hacen más que muchos políticos, tomarían el pendín, cruzarían el puerto de Fonte da Cova, o sea la raya gallega, y se esparramarían por los montes de San Gil de Casayo, por los vallecicos de Casoyo, y para huir más de los cuatreros alcanzar los riscos de Vascois, más que nada por incordiar un tanto a Quique, y porque sigue siendo zona diocesana, tal vez con inmunidad. En esto, Herrera les da un respiro; dejará parir a unas cuantas, para dedicarse a la caza del voto; cosa que parece más rentable que balear reses preñadas. Como los cotos de Ramiro y Rafael los tiene bien cuidados no hizo falta ir a La Cabrera; vino a Astorga a bendecir, y rubricar, la candidatura de Nieto, y dicen que a asperjar a algún espíritu díscolo de la manada popular, e intentar el «vade retro» a Perandones.